River jugó un buen segundo tiempo en la final de la Copa Argentina y de entrada arrancó ganándolo, con un verdadero golazo de Ignacio Fernández, que puso el 2-1 ante Atlético.

Momentos después, el que tuvo la chance de empatar fue Luis Miguel Rodríguez, que ya había puesto el 1-1 en el primer tiempo. El ídolo aprovechó el error en la salida de Jonatan Maidana y tuvo el gol en sus pies.

Sin embargo, la pelota que picó el delantero se fue por arriba del equipo Enrique Bologna y todo River respiró tranquilo. Esa jugada pudo cambiar la historia del partido.