“Desde que Sarmiento comenzó a andar mal en Primera es como que la gente perdió el encanto con el ‘Verde’. Y ahora, que no anda bien en la B Nacional, es como que quedó en el olvido”. El relato de Pedro, el taxista que condujo a LG Deportiva hacia el estadio “Eva Perón” refleja la idiosincracia de hincha juninense.

A diferencia de lo que pasa en el “Jardín de la República” con San Martín, Sarmiento no vive del amor popular. Hasta parece estar solo en la dura patriada de recuperar un lugar en la máxima categoría del fútbol argentino.

Si no fuera porque las luces del estadio están prendidas y porque la voz del estadio retumba varias cuadras a la redonda, el partido entre los ahora dirigidos por Iván Delfino y el “Santo” pasaría totalmente inadvertido.

“En Junín el hincha vive mucho de los resultados. Cuando Sarmiento andaba bien y jugaba en Primera, el estadio estaba colmando. Los hinchas y las familias venían a la cancha y acompañaban al equipo. Pero cuando la mano no viene bien, les dan la espalda. Eso está pasando hoy, cuando un equipo que se formó para ascender no está consiguiendo los resultados”, agrega Sergio Penela, periodista de la radio FM Luna, 100.1 de Junín. Luego aclara que lo que ocurre no es exclusivamente de Sarmiento. “El juninense es así; en general. Lo mismo ocurre con el básquet. Argentino de Junín también lo padece cuando no pasa un buen momento en la Liga Nacional”, indica.

El “Eva Perón” impacta a la vista. Con su capacidad para 22.500 personas, excluyendo a los de La Plata y al “José María Minella” de Mar del Plata, es el de mayor capacidad del interior bonaerense. Sin embargo, no es común verlo colmado. Y, por estos tiempos, los claros en las tribunas son más grande que de costumbre. Ayer San Martín se presentó ante no más de 3.500 personas. Sí, en Junín le dan la espalda a un equipo que no encuentra el rumbo.