En España, los mercadillos navideños acostumbran a ocupar las plazas con casillas de madera, caracterizadas por la decoración de colores y con luces, los artículos para adornar el pesebre y los productos artesanales. A diferencia de los mercados alemanes o austríacos, son paseos para ir de compras, y no para ir a comer. Entre los más emblemáticos destacan el mercadillo de Torrent en Valencia, el mercado de la plaza Mayor en Madrid y la fira de Santa Llúcia que se celebra cada año frente a la catedral de Barcelona.