ascenso y caída de un eslabón del poder “K”
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CECILIA CAMINOS (DPA)
BUENOS AIRES.- Con las manos esposadas y el torso protegido por un chaleco antibalas, el ex vicepresidente, Amado Boudou ingresó ayer detenido a los tribunales por supuesta corrupción. La escena menos deseada por quien fuera uno de los más ascendentes protagonistas del Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).  
Lejos quedó su imagen de rockero perenne con campera de cuero, que solía calzarse la guitarra al hombro para acompañar a la banda pop La Mancha de Rolando en los actos oficiales o montarse en una lujosa poderosa motocicleta Harley Davidson.  
Boudou, de 54 años, comenzó su militancia política durante sus estudios universitarios de economía en la ciudad de Mar del Plata, en una agrupación juvenil cercana a la Unión del Centro Democrático (Ucede), de orientación liberal conservadora. Se graduó y luego cursó una maestría en Buenos Aires.  
Tras el paso por la gestión privada en diferentes empresas, en 1998 ingresó a la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), la entidad pública que maneja los fondos de pensiones y jubilaciones en la Argentina. Allí fue escalando posiciones, con una interrupción de dos años en que trabajó en un municipio, hasta que en 2008 Fernández de Kirchner lo nombró al frente de la agencia estatal.  
Desde allí, apoyó la nacionalización de los fondos de pensión, que habían sido privatizados durante la gestión del peronista Carlos Menem (1989-1999) y apenas un año después, la entonces presidenta lo designó ministro de Economía y Finanzas, cuando el proceso inflacionario ya se había desatado en Argentina y comenzaba a escalar.  
En 2011, Cristina lo eligió como compañero de su fórmula presidencial para buscar un segundo mandato consecutivo. Las complicaciones sin embargo ya habían aparecido para Boudou. Según investiga la Justicia, el economista habría participado en una maniobra ilegal para quedarse con la principal imprenta de papel billete de la Argentina cuando era ministro de Economía. Para ello, su amigo y socio José Luis Nuñez Carmona y el empresario Alejandro Vandenbroele habrían aparecido como intermediarios, mediante el fondo de inversión The Old Fund, para comprar la imprenta y luego adjudicarse la impresión de moneda nacional, según la investigación realizada por el juez Lijo.  
Por esta causa, Boudou fue procesado judicialmente el 27 de junio de 2014, pero se mantuvo sin problemas en el cargo de vicepresidente, sin cuestionamientos públicos de la entonces jefa de Estado, hasta el final de su mandato en diciembre de 2015. Pero la investigación prosiguió y Boudou afronta, desde inicios de octubre, un juicio oral acusado de supuesto cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública en la venta de la imprenta privada Ciccone Calcográfica.  
La lista de investigaciones judiciales en su contra es larga e incluyó un juicio en el que fue absuelto por prescripción de la acusación por falsificación de documentación de un vehículo en la separación de bienes con su ex esposa.  
También es investigado por fijar su domicilio oficial en un médano en la playa y por un contrato firmado, mientras Boudou era ministro de Economía, con la provincia de Formosa para brindar un asesoramiento en la reestructuración de su deuda pública a través del fondo The Old Fund. 
En tanto, deberá afrontar un tercer juicio oral y público por la compra de 19 autos de alta gama para el Ministerio de Economía, sin licitación, supuestamente a una agencia manejada por un allegado.  
De acuerdo a investigaciones periodísticas, Boudou no dudó en usar su poder mientras integró el Poder Ejecutivo para evitar que las investigaciones en su contra avanzaran. El primer juez del denominado caso “Ciccone” fue removido, al igual que el fiscal que investigaba, Carlos Rívolo. También renunció el  procurador general de la Nación, Esteban Righi.  
Fernández de Kirchner no lo criticó en público, pero tampoco lo defendió. La reemplazó durante sus ausencias en el cargo, como cuando debió hacer reposo por casi dos meses tras una neurocirugía, pero sin peso político en la gestión diaria del Gobierno.  
Ni las acusaciones ni las responsabilidades alteraron sin embargo su ritmo de vida. 
Amante de los lujos, vive desde hace años en el exclusivo barrio de Puerto Madero de Buenos Aires, donde convivió varios años con la periodista Agustina Kämpfer, con quien frecuentó glamorosos eventos sociales y políticos. Kämpfer también es investigada por supuesto lavado de activos. Actualmente, Boudou está en pareja con una abogada mexicana, quien se encuentra embarazada de mellizos, según revelaron medios locales. (DPA)

Cecilia Caminos (DPA)

BUENOS AIRES.- Con las manos esposadas y el torso protegido por un chaleco antibalas, el ex vicepresidente, Amado Boudou ingresó ayer detenido a los tribunales por supuesta corrupción. La escena menos deseada por quien fuera uno de los más ascendentes protagonistas del Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).  

Lejos quedó su imagen de rockero perenne con campera de cuero, que solía calzarse la guitarra al hombro para acompañar a la banda pop La Mancha de Rolando en los actos oficiales o montarse en una lujosa poderosa motocicleta Harley Davidson.  

Boudou, de 54 años, comenzó su militancia política durante sus estudios universitarios de economía en la ciudad de Mar del Plata, en una agrupación juvenil cercana a la Unión del Centro Democrático (Ucede), de orientación liberal conservadora. Se graduó y luego cursó una maestría en Buenos Aires.  

Tras el paso por la gestión privada en diferentes empresas, en 1998 ingresó a la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), la entidad pública que maneja los fondos de pensiones y jubilaciones en la Argentina. Allí fue escalando posiciones, con una interrupción de dos años en que trabajó en un municipio, hasta que en 2008 Fernández de Kirchner lo nombró al frente de la agencia estatal.  

Desde allí, apoyó la nacionalización de los fondos de pensión, que habían sido privatizados durante la gestión del peronista Carlos Menem (1989-1999) y apenas un año después, la entonces presidenta lo designó ministro de Economía y Finanzas, cuando el proceso inflacionario ya se había desatado enArgentina y comenzaba a escalar.  

En 2011, Cristina lo eligió como compañero de su fórmula presidencial para buscar un segundo mandato consecutivo. Las complicaciones sin embargo ya habían aparecido para Boudou. Según investiga la Justicia, el economista habría participado en una maniobra ilegal para quedarse con la principal imprenta de papel billete de la Argentina cuando era ministro de Economía. Para ello, su amigo y socio José Luis Nuñez Carmona y el empresario Alejandro Vandenbroele habrían aparecido como intermediarios, mediante el fondo de inversión The Old Fund, para comprar la imprenta y luego adjudicarse la impresión de moneda nacional, según la investigación realizada por el juez Lijo.  

Por esta causa, Boudou fue procesado judicialmente el 27 de junio de 2014, pero se mantuvo sin problemas en el cargo de vicepresidente, sin cuestionamientos públicos de la entonces jefa de Estado, hasta el final de su mandato en diciembre de 2015. Pero la investigación prosiguió y Boudou afronta, desde inicios de octubre, un juicio oral acusado de supuesto cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública en la venta de la imprenta privada Ciccone Calcográfica.  

La lista de investigaciones judiciales en su contra es larga e incluyó un juicio en el que fue absuelto por prescripción de la acusación por falsificación de documentación de un vehículo en la separación de bienes con su ex esposa.  

También es investigado por fijar su domicilio oficial en un médano en la playa y por un contrato firmado, mientras Boudou era ministro de Economía, con la provincia de Formosa para brindar un asesoramiento en la reestructuración de su deuda pública a través del fondo The Old Fund. 

En tanto, deberá afrontar un tercer juicio oral y público por la compra de 19 autos de alta gama para el Ministerio de Economía, sin licitación, supuestamente a una agencia manejada por un allegado.  
De acuerdo a investigaciones periodísticas, Boudou no dudó en usar su poder mientras integró el Poder Ejecutivo para evitar que las investigaciones en su contra avanzaran. El primer juez del denominado caso “Ciccone” fue removido, al igual que el fiscal que investigaba, Carlos Rívolo. También renunció el  procurador general de la Nación, Esteban Righi.  

Fernández de Kirchner no lo criticó en público, pero tampoco lo defendió. La reemplazó durante sus ausencias en el cargo, como cuando debió hacer reposo por casi dos meses tras una neurocirugía, pero sin peso político en la gestión diaria del Gobierno.  Ni las acusaciones ni las responsabilidades alteraron sin embargo su ritmo de vida. 

Amante de los lujos, vive desde hace años en el exclusivo barrio de Puerto Madero de Buenos Aires, donde convivió varios años con la periodista Agustina Kämpfer, con quien frecuentó glamorosos eventos sociales y políticos. Kämpfer también es investigada por supuesto lavado de activos. Actualmente, Boudou está en pareja con una abogada mexicana, quien se encuentra embarazada de mellizos, según revelaron medios locales. (DPA)