Y cuando menos te diste cuenta, llegó el verano. O, bueno, la primavera, pero en Tucumán a veces no se percibe la diferencia entre las dos estaciones. La pileta está en el jardín, con agua verdosa, y pide a gritos volver a aquellos momentos felices en los que todo se soluciona con un buen chapuzón: el calor, el estrés, la ansiedad por estar en la playa, las Fiestas... Con días que rozan los 30°C en pleno septiembre, es momento de que la pileta reviva.

La puesta a punto de la pileta (hablamos de las de material y las de fibra de vidrio, que llevan un mantenimiento similar) arranca con vaciarla por completo. Es quizás la única vez en que se elimina toda el agua en el año, por la dificultad de recuperarla como se hace durante la temporada de uso, pero también porque es momento de revisar si es que tiene grietas y si necesita arreglos extra. También es una buena oportunidad para cambiarle el color y, con eso, renovar en buena medida el jardín.

El objetivo de vaciar por completo la pileta es limpiarla profundamente con un producto desincrustante, que elimina el sarro y las algas que podrían haberse adherido, explica Marco Di Benedetto, propietario de una empresa de productos y servicios para piscinas en Yerba Buena. “Lo que se hace es limpiar con desincrusrante y cepillar con un cepillo duro, pero siempre de plástico, nunca metálico. Con las paredes limpias se evalúa si hace falta o no repintar la pileta. De ser necesario, muchos optan por cambiar el color, y el que más se usa últimamente es el blanco, porque le da al algua un aspecto más cristalino”, detalló el comerciante.

El trabajo de limpieza lo puede hacer cualquier persona que pueda manipular con cuidado el desincrustante (suele contener ácidos) y contratar el servicio de desagote y limpieza cuesta entre $ 800 y $ 1.500. El tema de la pintura es un poco más específico, porque de una buena mano de obra dependerá la durabilidad de la pintura. “Una de las claves fundamentales es hacerlo a primera hora de la mañana, cuando el material de la pileta aún está frío. Muchas personas las pintan a la tarde, cuando cae el sol, pero no es lo óptimo”, sostiene Di Benedetto.

Pintar no es sólo pintar. Después de la limpieza profunda y del desincrustado es necesario lijar toda la superficie, volver a lavar para eliminar impurezas, dejar secar al menos un día y recién pintar. La pintura que se usa es caucho clorado, un material que resiste los productos químicos del mantenimiento y los embates climáticos. El costo del servicio de pintura arranca en los $1.800 o $2.000 y depende del tamaño de la piscina.

Lo que resta es el mantenimiento diario y semanal de la pileta, que probablemente no vuelva a vaciarse hasta el próximo año. El kit básico de mantenimiento consta de cloro en polvo, pastillas multifunción para la boya (tienen cloro, decantador y alguicida), el alguicida puro y el decantador que se aplicará dos días antes de que llegue el piletero o se haga la limpieza de fondo.

> “Puesta a punto” 

- Es necesario vaciar por completo y limpiar profundamente la pileta, sea de material o de fibra, para remover algas, suciedades y sarro incrustado. Se utiliza un desincrustante que contiene ácido muriático. 

- Para la limpieza usar siempre cepillos con cerdas plásticas y duras, nunca metálicas.

- De ser necesario habrá que rellenar grietas antes de pintar la superficie.

- Antes de pintar es importante lijar profundamente la superficie para que adhiera la pintura. No basta con una limpieza común. Después del lijado es necesario volver a lavar para eliminar el polvillo y recién pintar.


Poné a punto la de tu casa o instalá la que tanto soñabas: este es el momento. En unos días más va a ser  
tarde, porque comienzan los calores en serio y las lluvias. El vaciado total y la limpieza profunda para sacar el sarro y las algas son los pasos fundamentales. Si hay que repintar, podés cambiar el color y renovar el jardín. Los costos


> El gran dilema: piletas de material o de fibra de vidrio

En igualdad de prestaciones, una pileta de material puede costar hasta el doble que una de fibra de vidrio

“Nadie compra una piscina todos los días y por eso es normal que la gente pregunte, compare, pida varios presupuestos y decida. En este momento estamos recibiendo muchas consultas. Para nosotros ya comenzó la temporada fuerte”, dice Antonia Palma, representante local de una fábrica nacional de piletas de fibra de vidrio. Y en ese abanico de opciones que se abren para los que quieren construir una pileta en su casa aparecen los dos grandes caminos: de material o premoldeadas de fibra de vidrio. 

Tiempo de construcción o instalación, precio y diseño son las tres grandes variables a tener en cuenta al momento de elegir el tipo de pileta. “La enorme ventaja de hacerla de material es que uno puede diseñarla como más le gusta. Las posibilidades de formas, dimensiones, accesorios, escaleras, desniveles, etcétera, son infinitas y el resultado es una piscina completamente personalizada”, pondera Paula Iparraguirre, arquitecta que por estos días dirige la construcción de una pileta en un country al pie del cerro.

Palma, también arquitecta, afirma que pasó de ser una gran defensora de las piletas de material a recomendar las de fibra de vidrio. “El tema es que mucha gente se ha quedado con la idea de las primeras piletas de fibra, de materiales de baja calidad y sobre todo mal instaladas. La mano de obra es fundamental para que no queden relieves. Además, están viniendo diseños cada vez mejores en fibra, con fondo infinito por ejemplo, algo que antes no existía”, precisó.

- De material 

- No hay limitaciones en cuanto al diseño. Se puede hacer de las formas, dimensiones y profundidades que se quieran.

- La construcción lleva entre seis y ocho semanas, siempre que el tiempo ayude. 

- Una pileta de 7 x 3 metros x 1,5 de profundidad, de alta calidad y accesorios, puede costar arriba de los $ 250.000.

- Necesitan un mayor mantenimiento que las de fibra.

- De fibra 

- En menos de una semana la pileta puede estar instalada y lista para usar. La colocación tiene que hacerse con mano de obra especializada para lograr una buena terminación.

- Las piletas de fibra necesitan escaso mantenimiento. Se pintan cada cinco o seis años.

- Una pileta de fabricación local, de 7 x 3 metros x 1 de profundidad puede costar desde $ 60.000 y las mismas dimensiones pero de mayor calidad, alrededor de $100.000.

> Cambiá el color

Si necesitás repintarla, es tiempo de renovarse

Azul profundo y celeste son los colores elegidos por la enorme mayoría de los dueños de piletas para pintarlas. Pero hay más opciones, sólo es cuestión de animarse a cambiar. El blanco, por ejemplo, que en principio estaba reservado para las piletas de fibra, se impone cada vez más en las de material. “Hay quienes se animan, son los menos, pero están optando por otros colores más allá del azul y del celeste. El blanco es una tendencia”, dice Cristian Jiménez, encargado de una pinturería que comercializa tintes para piletas. La más recomendada por los especialistas es la pintura a base de caucho clorado, que se puede utilizar tanto en piletas de material como de fibra. Para las de fibra, además, viene una especial y para las de material está también la opción de la pintura de base acuosa, pero tiene menor adherencia (y el mismo precio) que las de caucho. Una lata de 4 litros cuesta alrededor de $ 700 y rinde unos 20 m². “Siempre hay que dar dos manos y pintar la pileta con la superficie lo más fría posible. Si se la pinta en caliente pueden quedar burbujas y saltarse”, advierte Jiménez. La pintura blanca puede tratarse con tonalizadores universales, sin que pierda propiedades, con lo que se puede conseguir una amplia gama de colores.