Una ola gigantesca causada por el potente huracán Irma, que llegó a la República Dominicana con una categoría 5, casi se lleva a un camarógrafo, que estaba cubriendo el fenómeno natural.
El hombre seguía con su deseo de tomar y transmitir a la teleaudiencia las mejores imágenes del huracán en la ciudad dominicana de Nagua, pese a las fuertes olas que sacudían la urbe y sin hacer caso a su compañero, quien le advertía sobre el riesgo que corría.
"¡Beato, corre! ¡Beato, entró!", gritó desesperado el reportero, mientras el agua inundaba las calles cercanas a la costa.
Irma azotó el país latinoamericano ayer, dejando más de 19.000 personas desplazadas, 2.238 viviendas afectadas y 103 destruidas, así como 17 comunidades incomunicadas.
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