La cuenta regresiva está en marcha. El 2 de septiembre es la fecha programada para la reapertura del aeropuerto tucumano y la principal diferencia para los viajeros no será ni la nueva pista de aterrizaje ni que los aviones puedan partir repletos de mercadería o de pasajeros: desde ese día se podrá volar directamente desde Tucumán a Lima, capital americana de la gastronomía y uno de los epicentros de la cocina mundial.

En poco más de tres horas se puede estar en Perú y el destino califica tranquilamente para una escapada -por ejemplo de cuatro días a una semana-, para afrontar una gira exclusivamente gastronómica. Que viaje el paladar, porque Lima es heredera de exquisitas tradiciones culinarias prehispánicas y coloniales, que fusionó con lo mejor de la cocina occidental y oriental.

En ese variado menú, el pescado es uno de los grandes protagonistas y el ceviche es el plato emblema. También su hermano menor, el tiradito, una versión del ceviche sin cebolla.

Entre los platos más tradicionales que sí o sí deben probarse están la parihuela, un caldo de pescado con mariscos; el pescado a la chorrillana, conchitas a la parmesana, choritos a la chalaca, jalea mixta, tequeños rellenos con pulpa de cangrejo, causa rellena de atún, arroz chaufa de pescado y pastas con salsa de mariscos.

Habrá que armarse un personalizado tour para probar todo lo que Lima propone. Según los rankings internacionales, los restaurantes Central, Maido y Astrid & Gaston figuran los mejores 50 de 2017. Los tres se especializan en comida fusión y alcanzaron una óptima reputación mundial. Sin embargo, no hay que descuidar los restaurantes más austeros y localistas si pretendemos que la experiencia de saborear Lima sea completa.