En las últimas horas de cada 31 de julio, los tucumanos comienzan con la búsqueda de la ruda que al día siguiente, el 1 de agosto, será servida en un té. Esta costumbre se repite cada año, ¿pero para qué sirve?

De acuerdo a la tradición, esta infusión previene enfermedades, frena las malas ondas, limpia el organismo y genera buenos augurios para la segunda mitad del año.

En una nota publicada el año pasado en LA GACETA, Cristina Langella, dueña de una herboristería ubicada en la peatonal Mendoza al 700, contó los orígenes de la tradición y cómo debe prepararse: "el agua no debe hervir. Se ponen unas hojita en agua caliente, se deja reposar y está listo para tomar. También se le puede agregar miel para endulzarlo".

"El té de ruda se toma en agosto por el cambio de estación. Los aborígenes fueron los que comenzaron a festejar el Día de la Pachamama y en este día hay que regar la tierra para que todo lo bueno vuelva a uno. Tomar el té de ruda generar bienestar", aseguró.