La planta de la multinacional alimenticia PepsiCo en el partido bonaerense de Vicente López fue desalojada hoy por 300 policías que reprimieron, con gas pimienta, gas lacrimógeno y balas de goma, a los trabajadores que habían tomado la fábrica tras el despido de 600 compañeros.

Como resultado del operativo 15 trabajadores resultaron heridos y 7 fueron detenidos, entre ellos uno que arrojó un banco desde el techo y le causó fractura expuesta de una pierna a una agente de la Policía de la provincia, una de los siete efectivos que terminaron con lesiones.

Del procedimiento, ordenado por la jueza Andrea Rodríguez Mentaste, participaron 300 integrantes de la Bonaerense (Infantería, Caballería, Canes y Jefatura Departamental Conurbano Norte), más 200 gendarmes que permanecieron en las inmediaciones con la misión de intervenir en caso de que se produjera un corte en la autopista Panamericana.

 

El operativo comenzó hoy a las 3.30 de la madrugada, cuando los gendarmes llegaron a las inmediaciones de la planta ubicada en Posadas al 1200, en la localidad de Florida, momento en el cual parte de los trabajadores que mantenían tomada la fábrica decidieron subirse a los techos.

El desalojo empezó minutos después de las 8 cuando los efectivos de Infantería avanzaron hacia la fábrica, en medio de la resistencia de cientos de trabajadores y militantes de organizaciones sociales y políticas que permanecían en la puerta.

Ese fue el momento de mayor violencia, ya que a la fuerte resistencia de las personas que estaban apostadas en la puerta de la fábrica se sumó la de los empleados que permanecían en los techos, desde donde comenzaron a tirar distintos objetos, bancos y pintura.

Tras derribar los gazebos que habían levantado los trabajadores en la puerta de la fábrica y despejar a los personas que permanecían allí, los efectivos de Infantería intentaron durante unos minutos, y sin éxito, ingresar por la puerta principal de la fábrica.

Finalmente pudieron hacerlo por uno de los portones laterales, que lograron abrir con facilidad, para ir en busca de las personas que estaban en los techos y así comenzar con la última etapa del desalojo.

Con la Infantería adentro de la fábrica siguieron los forcejeos en la puerta, mientras empleados y militantes cantaban "PepsiCo es lucha, tu lucha es nuestra lucha", además de responsabilizar de la represión al presidente Mauricio Macri, a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y al titular del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), Rodolfo Daer.

 

A las 9.40, los últimos trabajadores que opusieron resistencia al desalojo bajaron de los techos de la fábrica tras la mediación de un grupo de dirigentes de izquierda, entre los que estaban Nicolás del Caño y Luis Zamora, y de abogados de los empleados despedidos, quienes estuvieron presentes en el lugar de las primeras instancias del desalojo.

"La lucha sigue, la vamos a seguir, hasta que no tengamos las fuentes de trabajo. Nos van a ver en Mar del Plata, nos van a ver en Panamericana, vamos a seguir la lucha en la calle. PepsiCo no te vas a escapar", advirtieron los empleados al salir de la fábrica.

Mientras tanto, otro grupo se aunó al grito de "Paro general, paro general", en un mensaje dirigido a la dirigencia sindical nacional, cuyos representantes no se hicieron presentes.

Los policías también agredieron a periodistas que intentaban cubrir el operativo y querían pasar entre el cordón de agentes ubicados en la calle.

"Dejen de hacer populismo", le reclamó un comisario al precandidato a diputado Del Caño, cuando éste le reprochaba que los efectivos "le pegan a todo el mundo", y luego sostuvo que "nadie le está pegando a nadie".

El delegado de los trabajadores de PepsiCo Camilo Mones describió: "Por un lado entró la Federal, por el otro, la Bonaerense, y por otro, la Gendarmería. En un momento pensé que estábamos en el Líbano, fue una locura. El techo está lleno de cartuchos de gases".

"Fue una brutalidad de la Policía, una represión innecesaria, terrible. Acá tendrían que haber venido del Ministerio de Trabajo, la gobernadora Vidal o un negociador. No la Gendarmería o la Policía Bonaerense, nos cagaron a palos", agregó.

A las 9.46, no quedó ningún trabajador en el interior de la fábrica.

El fiscal Gastón Larramendi, quien pidió el desalojo de la planta, afirmó que "de ninguna manera" cuestiona "el reclamo gremial", pero enfatizó que "los derechos no son absolutos", y habló de "una intrusión ilegal" por parte de trabajadores.