Como corresponde a una auténtica diva, Gina Lollobrigida sigue teniendo una vida de película a una edad avanzada. Es que la diva del cine italiano cumple con todos los clichés: engaños, juicios, peleas familiares. Una sex symbol italiana que logró llegar a Hollywood y que protagonizó junto a su competidora más cercana, Sophia Loren, un “duelo de divas”. Mañana “La Lollo” como se la conoce en su país, cumple los 90.

A pesar de su edad, la italiana sigue siendo una invitada de lujo en galas y otras fiestas, a las que concurre en vestidos de noche llamativos, muy maquillada y con peinados sofisticados.

En su larga carrera, Lollobrigida nunca quiso encasillarse: fue un ícono de la pantalla grande, un símbolo sexual, fotoperiodista, escultora y hasta embajadora de la ONU. Aunque los mejores dramas no los dio en el cine, sino en su vida privada.

Nació en 1927 en la pequeña localidad de Subiaco, al este de Roma. A los tres años ya fue elegida como la niña más bella en un concurso de belleza infantil.

Llegó al cine de casualidad: en 1946 fue descubierta en la calle y en 1947, el productor Mario Costa la hizo actuar en la película “Follie per l’opera”. Durante mucho tiempo, esta mujer de curvas inquietantes y cabello castaño fue llamada “la mujer más bella del mundo”, como afirmaba una de sus películas. Actuó en más de 60 películas y por si fuera poco, tuvo una segunda y una tercera carrera munida de una cámara fotográfica y un cincel, respectivamente.

En cuestiones del corazón, tuvo “menos suerte que otros”, según dijo. En 1949 se casó con el médico yugoslavo Milko Skofic con el que tuvo un hijo, Milko Jr. Se separó en 1971. Alguna vez, Lollobrigida explicó su turbulenta vida privada así: “Es más fácil encontrar a un hombre que sacárselo de encima”.