Le llaman “La bella durmiente” o la “Dieta de la almohada”. Se está viralizando por las redes sociales como una tendencia en Estados Unidos y en Europa, particularmente atractiva para aquellas personas que quieren descender de peso rápidamente y sin esfuerzos físicos. Sus resultados son de dudosa eficacia, pero los riesgos que conlleva son preocupantes.

Este régimen consiste en tomar pastillas para dormir y así evitar los picoteos o directamente cualquier comida durante el día. Suena a locura, pero lo cierto es que muchos lo adoptan sin escuchar las advertencias de los especialistas. Las consecuencias negativas de esta dieta pueden ser tanto físicas como psíquicas y también sociales.

“Si las personas necesitan recurrir a medicamentos para dormir se están exponiendo al riesgo de la adicción”, advierte Tracey Wade, profesora de la Universidad de Flanders, en diálogo con el diario británico The Independent. La médica señala que para exigir al cuerpo dormir más horas de las que necesita habrá que aumentar progresivamente la dosis de somníferos, empujando a la persona a una adicción. “Además, hay que tener en cuenta que son personas que terminarán aisladas de su entorno social ya que estarán, literalmente, durmiendo todo el día”, insistió. Advirtió que los cortos períodos de vigilia serán de mala calidad, ya que la persona estará permanentemente desorientada.