Andrés Merlos, nacido en San Rafael, Mendoza, ya había sido el juez del duelo por la primera rueda entre Independiente Rivavia y San Martín, desarrollado en Cuyo.

Aquella vez había perjudicado al “Santo”: sancionó un penal inexistente a favor del equipo mendocino, que además llegó al empate de manera agónica, gracias a un tiro libre que había inventado el árbitro.

Debido a esos antecedentes, y al hecho de que fue designado para dirigir un equipo de Mendoza -que pelea por descender- pese a haber nacido en esa provincia, su labor estuvo bajo la lupa ayer en La Ciudadela.

Y Merlos hizo de todo para que se dude de su accionar. Desde el primer minuto de juego, inclinó la cancha a favor del equipo visitante. No sancionó un claro penal a Leonardo Acosta en el primer tiempo y no quiso expulsar a Sergio Rodríguez Budes, que cuando ya estaba amonestado cortó con la mano un avance del “Santo”.



Encima, Budes fue quien desniveló el duelo, mediante un cabezazo: aprovechó que el árbitro omitió una clara falta de Yeimar Gómez Andrade sobre Rolando Serrano.

Por ese motivo, en Bolívar y Pellegrini explotaron de ira. Cuando terminó el duelo, Diego Cagna, su cuerpo técnico y todos sus jugadores se fueron encima al juez. Y hasta el presidente, Roberto Sagra, se llegó hasta la boca del túnel. “Fui para sacar a los jugadores. Ya no había nada que hacer”, le dijo a LG Deportiva el dirigente, que mañana viajará rumbo a AFA para ver este tema. “Desde que comenzó el torneo, San Martín viene siendo perjudicado”, agregó.