El legendario golfista Roberto De Vicenzo, considerado una de las mayores glorias del deporte argentino y el mejor golfista argentino de la historia, murió hoy a los 94 años en su casa de Ranelagh, al sur de Buenos Aires. El deceso fue confirmado por su hijo, Eduardo.

A lo largo de su trayectoria deportiva, De Vicenzo ganó 231 torneos y se consagró campeón del Abierto Británico de 1967. Por sus actuaciones fue nominado para integrar el Salón de la Fama del golf y fue considerado un inspirador para las futuras generaciones de golfistas argentinos.

Nacido en Villa Ballester, al norte de Buenos Aires, De Vicenzo comenzó su relación con el golf desde muy pequeño, como caddie en la cancha de Miguelete, cerca de su casa. A pesar de su origen muy humilde, su talento le permitió destacarse y llegar a sitios impensados para un golfista sudamericano.

Su mejor victoria fue el Abierto Británico de 1967, aunque su mayor reconocimiento llegó un año después en el Masters de Augusta, donde un error de su compañero de ronda en la anotación de la tarjeta le costó la victoria.

Pese a perder la famosa "chaqueta verde", De Vicenzo asumió como propio el error de haber firmado mal aquella tarjeta, en una muestra de los valores que manejaba.

El "Maestro", como se lo conocía, tuvo una caída en marzo que le provocó una fractura de cadera, y luego de ese accidente su estado de salud se fue deteriorando.

Para tomar dimensión del significado de De Vicenzo en Argentina, su figura está considerada entre la de los deportistas más importantes de la historia, a la altura del futbolista Diego Maradona, del tenista Guillermo Vilas, del piloto Juan Manuel Fangio, del polista Adolfo Cambiaso (h), del boxeador Carlos Monzón o del basquetbolista Emanuel Ginóbili.