Los emprendedores deben convencer a potenciales inversores sobre el éxito del proyecto que impulsan. El objetivo es reunir el capital necesario para desarrollar el proyecto. Por su parte, los inversores que se interesen por el negocio podrán asumir un riesgo conjunto, y aportar dinero a cambio de acciones. Esta es la dinámica del sistema de financiamiento colectivo, conocido como crowdfunding, que impulsa la nueva Ley de Emprendedores, que está vigente en la Argentina. Este esquema para obtener capital se utiliza en los principales ecosistemas de emprendedorismo del mundo.
La Ley de Emprendedores, sancionada por el Congreso en marzo de este año, establece que los impulsores de un nuevo emprendimiento pueden exhibir su proyecto, en plataformas de internet y ante inversores externos para obtener fondeo, a cambio de que los inversores consigan un porcentaje de participación en el negocio.
Este esquema presume un elevado riesgo para los inversores. Por lo tanto, para que los emprendimientos consigan las inversiones deberá demostrar cierto grado de desarrollo y posibilidades concretas de crecimiento.
Manuel Tanoira, director de Políticas Públicas de la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), explicó que la Ley de Emprendedores prevé dos mecanismos para implementar las plataformas de financiamiento colectivo, con el fin de atraer inversores: a cambio del aporte financiero, los emprendedores podrán vender acciones u ofrecer préstamos convertibles en acciones. “La ley exige la creación de un fideicomiso para convalidar la plataforma de financiamiento colectivo. A su vez, el esquema de fondeo debe estar registrado en la Comisión Nacional de Valores (CNV), que se encargará de regular las operaciones”, indicó el especialista en una entrevista con DINERO.
Condiciones de acceso
Para aplicar en una plataforma de financiamiento colectivo, el emprendimiento debe estar en una etapa avanzada de desarrollo. “Los emprendedores pueden buscar fondeo en cualquier instancia del proyecto, pero las chances aumentan si se verifican resultados favorables en las etapas tempranas”, indicó el directivo de ASEA.
El esquema de crowdfunding valida la existencia del emprendimiento y sus posibilidades de crecimiento, pero no ofrece garantías de éxito. “Por lo tanto, los inversores que participan del crowdfunding, para apuntalar un emprendimiento, enfrentan un alto riesgo desde el momento en que deciden ingresar”, advirtió Tanoira. Ante esta condición, la Ley de Emprendedores establece que los inversores que conformen una plataforma de financiamiento colectivo, no pueden aportar al emprendimiento más del 20% de sus ingresos anuales. “Esto limita un poco los riesgos”, insistió Tanoira.
Los sistemas de financiamiento colectivo permiten convalidar el crecimiento de los nuevos negocios, con lo cual el emprendedor puede difundir su proyecto y, eventualmente, conseguir nuevos inversores. Por estos días, representantes del Gobierno nacional y de ASEA trabajan en la reglamentación de la Ley de Emprendedores que, según comentó Tanoira, estará lista en los próximos meses.
En relación a este punto, el directivo enfatizó que la posibilidad de crear una empresa en 24 horas es una de las principales ventajas para los emprendedores. “Ahora bien: para que esto ocurra es clave que las provincias se adhieran al registro de Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS). Si esto no suceder, los emprendedores de Tucumán, o de cualquier provincia, no podrán crear una sociedad en un día”, recalcó Tanoira.