Uno de los pasajeros de un avión que iba a despegar desde Chicago, con destino a Louisville, terminó con su rostro ensangrentado porque las autoridades de la aerolínea United Airlines lo expulsaron violentamente. 
De acuerdo a lo que comentaron los pasajeros del vuelo, quienes también firmaron el traumático momento, el personal de la compañía pidió cuatro voluntarios para ceder su asiento a cambio de U$S 400, una noche de alojamiento y un nuevo pasaje para el día siguiente. ¿El motivo? Necesitaban dichas plazas para que miembros de la tripulación puedan llegar a tiempo a Louisville, para próximos vuelos.
Más allá del ofrecimiento, no hubo voluntarios. La empresa duplicó la oferta, pero ninguno de los presentes se convenció. Entonces tomó una medida arbitraria: eligió de forma aleatoria a los pasajeros que debían abandonar la aeronave. 
Dos de ellos lo hicieron voluntariamente, pero el tercero se negó a hacerlo porque aseguraba ser médico y que tenía pacientes esperándole a la mañana siguiente. Poco le importó esto a la aerolínea, el hombre fue obligaron por la fuerza a salir de su asiento, siendo arrastrado por todo el avión por los miembros de miembros de seguridad de United Airlines.
ESTADOS UNIDOS.- Uno de los pasajeros de un avión que iba a despegar desde Chicago, con destino a Louisville, terminó con su rostro ensangrentado porque las autoridades de la aerolínea United Airlines lo expulsaron violentamente. 

De acuerdo a lo que comentaron los pasajeros del vuelo, quienes también firmaron el traumático momento, el personal de la compañía pidió cuatro voluntarios para ceder su asiento a cambio de U$S 400, una noche de alojamiento y un nuevo pasaje para el día siguiente. ¿El motivo? Necesitaban dichas plazas para que miembros de la tripulación puedan llegar a tiempo a Louisville, para próximos vuelos.

Más allá del ofrecimiento, no hubo voluntarios. La empresa duplicó la oferta, pero ninguno de los presentes se convenció. Entonces tomó una medida arbitraria: eligió de forma aleatoria a los pasajeros que debían abandonar la aeronave. 

Dos de ellos lo hicieron voluntariamente, pero el tercero se negó a hacerlo porque aseguraba ser médico y que tenía pacientes esperándole a la mañana siguiente. Poco le importó esto a la aerolínea, el hombre fue obligaron por la fuerza a salir de su asiento, siendo arrastrado por todo el avión por los miembros de miembros de seguridad de United Airlines.