La fuerte tormenta que castigó la provincia durante esta mañana convirtió la calle Félix de Olazábal en un verdadero río, que arrastró los autos de un grupo de docentes que dictaba clases en la escuela García Hamilton, a pocas cuadras del centro de la capital tucumana. 

El aguacero se desató pasadas las 8.30 y, por un lapso superior a una hora, provocó serios daños en diferentes puntos de la ciudad. 

Puntualmente en Félix de Olazábal al 300 fue tanto el caudal de agua que los autos, que estaban estacionados en la calle y sin cambio, fueron arrastrados y terminaron sobre las veredas.