En verano, uno suele cuidarse la piel para evitar enfermedades, quemaduras graves y, hasta para no pelarse. A veces te ponés sombrero o gorra porque si no te insolás y, seguramente, usás ropa clara para no sentirte mal. Es posible que necesites anteojos de sol, pero para no gastar mucho dinero pensás en comprarte unos en la calle y “zafar” ¡Cuidado! Proteger los ojos es tan importante como resguardar la piel; someterlos a ciertos factores nocivos te puede traer consecuencias a largo plazo.
Esta época del año nos predispone a hacer ciertas actividades que, sin darnos cuenta, pueden terminar dañándonos la visión. El cloro de la pileta, los rayos UV y el aire acondicionado son algunos de los factores nocivos a los cuales solemos estar expuestos durante el verano.
Cómo podés protegerlos
- Utilizá anteojos de sol y fíjate que tengan filtros ultravioletas que te protejan de los rayos UV. El color de los lentes es irrelevante y no afecta positiva ni negativamente al ojo; lo crucial es el filtro. Las ópticas garantizan que sus productos tengan esta protección por eso se recomienda comprarlos allí y no a vendedores ambulantes o en kioscos.
- En el caso de la pileta, si notás irritación recurrí a un especialista. El médico te dirá si necesitás tratamiento, si tenés conjuntivitis o bien si se solucionará con gotas. Es muy importante que las gotas sean recetadas y no de venta libre, así evitás colocar en tus ojos elementos que pueden causar algún daño.
- El aire acondicionado está presente en casi todos los ambientes en los que solemos movernos por estos días. Estar sometidos a ese flujo de aire reseca nuestros ojos. Esto puede generar molestias y, posteriormente, algún tipo de afección. Para que no ocurra hay productos que podés ponerte y que los médicos recomiendan: lagrimas artificiales.
El médico oftalmólogo Guido Pérez asegura que tomar esos recaudos puede ayudar mucho a reducir las posibilidades de padecer infecciones o contraer enfermedades con el paso de los años. “El control de la vista es importante porque mientras más rápido se detecte el problema, más chances de tratarlo hay”, expresó.
Además afirmó que todo aquel que haya sido operado de la vista, utilice lentes de contacto o tenga alguna enfermedad, son más propensos a percibir molestias en caso de meterse a la pileta, los días con mucho sol o con el aire de la ventilación: “deben tener más cuidado que alguien que tenga la vista sana”.