La historia de un abuelo y su nieta que, como toda buena historia y con un poco de tiempo, deja algo increíble y único: la calesita más grande del mundo que se encuentra emplazada en la ciudad de Mar del Plata.

Federico Amado, el constructor de carrouseles, contó la historia que dio origen a esta novedosa idea que tardó más de diez años en volverse realidad. Su nieta mayor tenía cinco años cuando acostumbraba llamarlo por teléfono y decirle: “Hola, cheñó, ¿uté vende calechita? Yo quiero una de tre piso. Cheñó, ¿cuánto vale?”. Unos años después, en un viaje por París, Federico vio la Torre Eiffel, pero esta vez, desde una perspectiva diferente... y las bromas de su nieta lo alentaron a jugarse por una idea diferente también.

Hoy, Aylen tiene 19 años, recuerda la anécdota y se maravilla al ver su sueño de niña realizado.

Dicen que las ideas hacen grandes a los hombres, esta vez fue el turno del “Carrusel Titán Deluxe”, fabricado con pistones hidráulicos que se abren de abajo y se va levantando con un sistema hidráulico, haciendo de su mecánica una forma distinta a todas las que hay en el mundo. Tiene tres pisos, cuenta con un ascensor para discapacitados, una capacidad de hasta doscientas personas y pesa 45.000 kilos. Federico Amado fundó en los años ‘60, “Felimana Luna Park”, una empresa de entretenimiento que construye carruseles y otros juegos, como autitos chocadores, la vuelta al mundo, entre varios más. De sus creaciones salen replicas que embellecen plazas de distintas partes del mundo como España, Francia y Orlando. “Todos los años participo de distintas ferias que se realizan en distintos países y regiones -explicó Amado-, inclusive en Medio Oriente , observando y llevando todas las ideas que creo en materia de carruseles con el fin de pensar en los niños, la diversión y los recuerdos de la infancia”.