Un contenedor para plásticos, otro para papeles y un tercero para vidrios; y con distintos colores; como para que lo entienda un nene de cinco años. Pero no, todo esfuerzo se vuelve vano frente a la inconducta de los transeúntes de la peatonal, de los vecinos de la ciudad, de los tucumanos que no cuidan el medio ambiente ni se preocupan por las pautas de convivencia.

LA GACETA mostró imágenes que exponían que ese esquema de reciclaje de residuos no se respetaba; la indolencia puede más. Quedó al descubierto que la gente no seguía mínimamente las instrucciones ya que donde debían arrojarse plásticos había papeles; o viceversa.

Ayer, operarios de la empresa de recolección de residuos (las imágenes hablan por sí solas) arrojaban en un mismo recipiente los productos de los tres contenedores. Al ser consultados por qué no respetaban la separación, respondieron: “para qué, si está todo mezclado”.

La situación, grave, deriva de un cúmulo de responsabilidades, de la que no son ajenas la Municipalidad y la firma, que debieran apostar a una campaña de concientización. Pero, el principal llamado de atención es para los vecinos y su inconducta.

Donde se lee papel, solo hay que tirar papel

Imágenes como esta (arriba) se repiten en los núcleos de reciclaje que la Municipalidad instaló en las peatonales. El contenedor es azul y en el frente se lee papel, pero había una bolsa de basura que tenía “de todo”. Seguramente, el objetivo de la Municipalidad era separar los residuos para permitir su reciclado. Pero eso solo es posible si se arroja en el contenedor únicamente lo que está previsto. Los colores y los letreros permiten diferenciar qué va dónde. Para lo que no sea plástico, papel o vidrio existen, además de la recolección diaria, los contenedores grises que están colocados en las veredas del centro.