Simón Gardner y Ana Isabel Martínez - Agencia Reuters

Desde la invasión en la Bahía de Cochinos hasta la histórica visita del presidente, Barack Obama, los cubanos han sabido por generaciones que en cualquier momento en que Estados Unidos se volviera hacia la isla se iba a encontrar con Fidel Castro sosteniéndole la mirada.

La muerte de “El Comandante” se suma al temor de los cubanos a que el nuevo presidente electo de la mayor economía del mundo, Donald Trump, dé un portazo a los embrionarios vínculos comerciales y turísticos, desandando dos años de acercamientos entre unos vecinos poco amistosos.

Trump ha tenido un tono muy diferente al del actual presidente, Barack Obama, quien hace dos años llegó a un acuerdo con el hermano menor de Fidel, el mandatario cubano Raúl Castro, para acabar con medio siglo de hostilidades.

En la recta final de su campaña, Trump intentó ganar el voto cubano estadounidense de Florida asegurando que sería firme en su oposición a los Castro, y prometió que, de resultar electo, cerraría la recién inaugurada embajada estadounidense en La Habana.

Previamente, en la campaña por las primarias de su partido, había dicho que restaurar los lazos diplomáticos con Cuba era apropiado, pero que Obama debió negociar un mejor acuerdo.

Ya con el triunfo en la mano, es difícil saber cuál será el enfoque de Trump. “No se ha decidido nada”, dijo ayer la asesora de Trump, Kellyanne Conway, en el programa “Meet the Press” de NBC. “El presidente electo tomará esas decisiones una vez que asuma el cargo”, aclaró.

No obstante, Reince Priebus, quien será Jefe de Gabinete a partir del 20 de enero, dijo que Trump pediría más libertades políticas al gobierno cubano y que si no las consigue, la apertura retrocederá.

“No va a ser una relación unidireccional de Estados Unidos hacia Cuba sin que haya medidas del gobierno de Castro”, dijo Priebus a la televisión.

Tras la muerte de Fidel Castro, a los 90 años, Obama se refirió a él como una “persona única”, mientras que Trump lo llamó “un dictador brutal”.

Trayectoria

El revolucionario barbudo comenzó su carrera derrocando a una dictadura apoyada por los Estados Unidos, repeliendo una invasión respaldada por la CIA en Bahía de Cochinos, en 1961, y sosteniendo una pulseada con el presidente estadounidense, John F. Kennedy, durante la “crisis de los misiles” ese mismo año.

Durante sus 49 años en la presidencia, Castro cruzó recriminaciones con 10 presidentes de Estados Unidos, y si bien mantuvo un perfil mucho más bajo desde su retiro en 2008, nunca dejó de advertir a los cubanos de que no debían confiar en Washington.

Pero muchos cubanos reconocen que contaban con el carisma y la oratoria de su fallecido líder para contrarrestar a Trump.

“Ante la falta del Comandante tengo un poco de temor de lo que pueda pasar por la forma de pensar y de actuar de Trump”, dijo Yaneisi Lara, una vendedora de 36 años, de La Habana. “Podría retroceder y bloquear todo lo que ha venido pasando, todas las cosas que hizo Obama, que hizo muchas cosas, que logró acercar a EEUU con Cuba”, agregó, admitiendo que estaba analizando mudarse a Estados Unidos.

Obama no tuvo éxito en convencer al Congreso para que levantara el embargo económico de EEUU a Cuba, pero a título personal se oponía a las sanciones y usó decretos para permitir que se incrementaran el comercio y los contactos.

El despegue

El primer vuelo comercial de Estados Unidos a La Habana tiene programada su llegada para hoy. Trump puede fácilmente revertir esas medidas.

No ha dejado clara su posición, pero sí incluyó en su equipo de transición a Mauricio Claver-Carone, un partidario de mantener un duro embargo económico.

Sin entrar en detalles, Trump dijo, tras la muerte de Castro, que su gobierno haría “todo lo posible” para mejorar las libertades y la prosperidad de los cubanos.

“Trump es todo lo contrario de Obama”, dijo Pablo Fernández Martínez, un rudo taxista de 39 años.

La vida sigue siendo dura en Cuba para una población educada pero subempleada, y el acercamiento a Estados Unidos ha traído más dólares.

Fernández teme que esa importante fuente de recursos se seque una vez que Trump se mude a la Casa Blanca.

Rebeca Hernández, una estudiante de medicina que vestía su uniforme de blusa blanca y falda azul oscura cerca de la Universidad de la Habana, se mostró decidida frente a los desafíos que podría plantear el presidente electo de Estados Unidos.

“No hay que temerle a Trump, nosotros pa’lante. Hemos resistido a 10 presidentes de Estados Unidos y nos mantenemos en pie contra el bloqueo. Donald Trump o la Clinton (por Hillary) daba igual”, dijo Hernández. (Reuters)