El lunes se podrá ver una Superluna, cuando el satélite se acerque mucho más a la Tierra de lo que es habitual, haciendo que se vea especialmente grande y aumentando también su influencia sobre las mareas.
"Cuanto más cerca está la Luna de la Tierra, mayor es la fuerza gravitatoria. Esto puede producir mareas vivas más fuertes", explica Guido Thimm, gerente del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidelberg, en el sur de Alemania. Sin embargo, no se esperan efectos graves.
La Luna se situará extremadamente cerca a la Tierra, a tan sólo 356.509 kilómetros de distancia. Después de ese día habrá que esperar hasta el 7 de abril de 2020 para verla a una distancia parecida, a 356.907 kilómetros de nuestro planeta.
"La Luna tira de un lado, el Sol del otro. La Tierra se convierte un poco en una pelota de rugby", explica el astrónomo. Sin embargo, la deformación es realmente pequeña y no se esperan efectos dramáticos, como terremotos debido a la proximidad del satélite natural. "Los procesos en el interior de la Tierra juegan un papel mucho más grande", agrega. (DPA)