Su último disco sintetiza su trayectoria en la música. “35 Aniversario” se llama la producción de Javier Ruibal, el reconocido cantautor español que acompañará esta noche a Lucho Hoyos en el teatro Mercedes Sosa.
“Es un recuento y una celebración, una fiesta de la amistad y de la complicidad entre artistas que se quieren. Los años son lo de menos, nos pasamos la vida en la carretera y gozando de ese componente viajero que tiene siempre la música y de repente han pasado más de tres décadas... Haber llegado hasta aquí ha sido un puro milagro, cómo no festejarlo. Vivo el presente con una intensidad muy alta y me da vértigo anticiparme a más de un par de años. Y si sigo hasta los 50 años de carrera sobre el escenario, deseo no ofrecer una imagen patética”, le confiesa a LA GACETA vía correo electrónico desde Bolivia, antes de llegar al NOA.
- Debutás en Tucumán...
- Estoy expectante. Un lugar y un público nuevos a los que descubrir, intentar que te descubran y, de ser posible, que te disfruten. Otra satisfacción será actuar con Lucho, a quien conozco artísticamente pero no en persona.
- Vas a presentar “Quédate conmigo”, donde conviven canciones de amor con denuncias políticas.
- Es un disco optimista y lleno de reflexiones; fresco y con arreglos y producción novedosos para mí, gracias al trabajo de mi hijo Javi Ruibal. Su inyección de juventud me ha dado bríos, lo que no es nada despreciable. Vivimos pendientes de provocar emoción: unas veces los asuntos del amor toman prioridad, pero no somos indiferentes a la realidad dura y preocupante que viven los más desfavorecidos. Hay denuncias con humor y ternura sobre el trabajo infantil, esa infamia que la humanidad tolera. También la tradición de ciertos políticos seudoizquierdistas que se acomodan se meten hasta el cuello en la corrupción y el desastre ecológico por la especulación inmobiliaria.
- ¿Sobre la base de cuál género trabajás la fusión?
- Mis bases rítmicas son flamencas. Las armonías son un cúmulo de influencias que van del flamenco al jazz, pasando por música árabe, brasilera y latina. De la argentina siempre me gustó la variedad, la personalidad individual y el buen trato al idioma en sus maneras poéticas.