Lo que empezó como un grupo de amigos sigue como tal, desafiando malos augurios y advertencias varias. Por el contrario, La Vela Puerca mantiene el espíritu que la vio nacer hace dos décadas en el bar El Tigre, de Montevideo. Para demostrarlo, esta noche ofrecerá un repaso del presente al pasado de toda su trayectoria, como cierre del Yerba Buena Rock.
“Los cumplimos en diciembre pasado, pero estábamos terminando la gira de ‘Érase’ y no queríamos mezclar los tantos. Por eso comenzamos a festejar los 20 años en agosto en España, lo que nos sirvió para probar y foguear el show que es todo nuevo y con un concepto diferente y una puesta en escena especial”, afirma Sebastián Teysera, en diálogo con LA GACETA.
El festival comenzará cuando el sol aún no esté oculto y terminará cuando el domingo ya lleve algunas horas, con una programación muy atractiva por lo variado: Tucumán aportará La Pineal y Rock’n Lobos, y de Buenos Aires vendrán La Franela, Estelares, Carajo y Salta la Banca, de recordado recital en la provincia en este año.
Teysera anticipa que la presentación de su banda (la comparte con Sebastián Cebreiro, Nicolás Lieutier, Carlos Quijano, Alejandro Piccone, Santiago Butler, Rafael Di Bello y José Canedo) durará cerca de dos horas por la gran cantidad de temas que tocará. “Fue una lista difícil de definir, porque tenemos muchísimas canciones. Cada uno hizo una nómina de infaltables y llegamos a los 47 temas, lo que era imposible. La depuramos y la dejamos en 32, pero en el vivo suceden muchas cosas y todo puede cambiar, es un sube y baja”, reconoce.
El diseño del espectáculo los lleva a remontar el tiempo: “arrancamos con un video con imágenes que van desde nuestro primer recital en El Tigre hasta ‘Érase’, y luego hacemos el camino inverso, yendo hacia atrás; cada bloque representa uno de los discos que sacamos, con cinco o seis canciones de cada uno”.
“El sonido está actualizado al presente; no los cantamos como cuando los estrenamos e incluso tuvimos que bajar algún tono, porque estamos más viejos. La voz no es la misma ni nuestra energía (ríe). Cuando empezamos a ensayarlos, nos encontramos con temas del primer disco que, al terminarlos, estábamos muertos. Pero, por suerte, las canciones no envejecieron ni nos da vergüenza volver a tocarlas, que era uno de nuestros miedos”, admite.
El cantante menciona a uno de los referentes del grupo en su inicio a sus coterráneos de La Abuela Coca (liderada por Alfredo Gianotti), “que nos demostró que se podían decir cosas, ser contestatarios y denunciantes desde la alegría, que se podía hablar de algo profundo y estar pasándola bien; sus enseñanzas fueron en lo musical y en la actitud”. “A mí me marcó mucho Los Traidores, con Juan Casanova como vocalista y escritor. Cuando no sé bien cómo decir lo que quiero, pienso en él”, añade.
La Vela Puerca comenzó en el ska y el reggae, y luego mutó hacia el rock. “Era lo que podíamos abordar cuando empezábamos, porque apenas tocábamos el timbre y no nos podíamos meter en muchos arreglos ni con el candombe como otras bandas -señala-. Desde ‘El impulso’ (2007) hacemos más canciones y baladas tranquilas, un costado más sensible en lo compositivo. Nunca quisimos forzar nada y cada uno aporta lo suyo para así sentirse parte de cada tema”.
En ese cambio y profundización del grupo tuvo que ver el cambio de productor: ya no estaba con ellos el argentino Gustavo Santaolalla; lo había reemplazado el uruguayo Juan Campodónico. “Hubo algo generacional, teníamos la misma edad con Juan y habíamos escuchado las mismas bandas, fue diferente y la empatía fue muy fácil”, afirma.
El músico defiende una máxima del grupo: “no hay que subestimar al público, hay que darle lo que uno cree realmente; somos honestos y sinceros en eso y sentimos que es la única forma de que una banda de amigos dure tanto tiempo como nosotros”.
UNA LARGA JORNADA
• Comienza a las 19 en la Sociedad Rural (Camino del Perú 1.050).