“Seis años me llevó hacer este disco, con artistas notables que reconocen la herencia de Los Hermanos Ábalos. Yo soy un viejo joven. Por eso sigo trabajando”. Víctor Manuel “Vitillo” Ábalos se refiere a “El disco de oro. Folklore de 1940” que acaba de editar.
Junto a Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco, Vitillo integró el quinteto de Los Hermanos Ábalos, esencial en la música popular argentina.
Ahora, a los 94 años, Vitillo sorprende con un disco doble, con versiones renovadas, producido por su nieto Juan Gigena Ábalos (guitarrista de Ciro y Los Persas) y otro con los antiguos registros para la RCA Víctor, informa Télam.
El primer CD incluye canciones de los Ábalos regrabadas por Vitillo junto a Raly Barrionuevo, Leopoldo Federico, Liliana Herrero, Peteco Carabajal, Jimmy Rip, Juanjo Domínguez, La bomba de tiempo, Elpidio Herrera, Jaime Torres, Omar Mollo y Facundo Saravia, entre otros. El segundo reúne 20 canciones de Los Hermanos Ábalos en sus registros originales.
Huellas
“Todos tenemos huellas digitales diferentes. Y en la música funciona de la misma manera, por eso estas canciones, que se tocaron tanto, aparecen acá en versiones renovadas. Lo que tenemos en común con todos los artistas que participaron es que amamos el arte”, declara Vitillo.
Los Hermanos Ábalos fueron creadores y recopiladores de clásicos del cancionero popular como “Agitando pañuelos”, “Chacarera del rancho”, “Nostalgias santiagueñas”, “Carnavalito quebradeño”, “Zamba de los yuyos”, “El gatito de Tchaikovsky”.
El quinteto llegó al Festival de Cosquín en 1966 y se despidió en 1997. Sin embargo, la historia le hizo un guiño a Vitillo, que volvió al escenario cordobés en 2011 como invitado de Raly Barrionuevo. Hoy ya no actúa como solista, pero sí como invitado.
“El arte popular tiene su ciencia y los jóvenes tienen que aprenderla, que conocerla -señala-. Yo ando mucho con jóvenes, pero con aquellos que han estudiado”. Y nombra a Facundo Ramírez, Facundo Saravia y Yamila Cafrune (todos hijos de artistas) como intérpretes que mejor entienden la tradición de la música de raíz folclórica.
“Veo artistas jóvenes que son buena gente, pero que no persisten en el tiempo porque no se dedican a aprender -advierte-. La zamba, el escondido, el triunfo y la chacarera son todas danzas, y la mayoría de los intérpretes no sabe bailar ni tocar el bombo. Yo les digo: ‘si aprendés a bailar vas a cantar mejor, y si aprendés a tocar el bombo vas a cantar mejor”.