Verónica Gómez - Agencia Reuters
CIUDAD DE MÉXICO.- El jefe del banco central mexicano, Agustín Carstens, dijo que si el republicano Donald Trump llega a ser presidente de los Estados Unidos tendría para México el efecto de un poderoso huracán mayor a categoría cinco.
Trump ha usado en su campaña una retórica agresiva contra México, prometiendo construir un muro en la frontera común entre ambos países con dinero mexicano, ordenar masivas deportaciones de inmigrantes ilegales y revisar a fondo un tratado comercial para hacerlo más benéfico para su país.
“Sería un huracán de bastante más intensidad, en particular si cumple con lo que ha venido mencionando en su campaña, aunque hay que ver qué es lo que sucede en la realidad”, dijo Carstens a una radio local.
El jefe de la entidad monetaria consideró que México estaría en mejor terreno si Hillary Clinton, la candidata demócrata estadounidense, resultara victoriosa en las elecciones del 8 de noviembre.
El Banco de México anunció el jueves un alza de 50 puntos básicos en la tasa de interés referencial al 4,75%, en un intento por contrarrestar presiones inflacionarias ante una posible mayor volatilidad financiera, derivada en parte del nerviosismo por las elecciones en Estados Unidos.
Efecto indeseado
Carstens reconoció que el desempeño electoral y político de Trump tiene una correlación con la cotización del peso mexicano.
“Eso es una realidad”, agregó el funcionario, y dijo que consideraba que la moneda mexicana, al tipo de cambio actual, está subvaluada ya que no refleja los fundamentos sólidos de la economía local y pese a la adopción de medidas de las autoridades financieras para apuntalar la moneda.
“El peso se ha vuelto un vehículo de cobertura contra el riesgo de que gane uno de los candidatos que tiene ideas poco convencionales en materia económica y que sí podría tener efectos negativos en nuestra economía, y yo diría que sobre la propia economía de Estados Unidos y en el mundo”, dijo.
El peso mexicano tocó esta semana un mínimo de $ 19,9 por dólar, en medio del nerviosismo previo a un nuevo debate televisado entre Trump y su rival Clinton.
Ayer, la moneda mexicana recuperaba terreno, aunque se perfilaba a anotar una caída en el tercer trimestre de alrededor de un 6% frente al billete verde.
Margen de maniobra
Sobre si México continuará usando reservas internacionales para apuntalar al peso, Carstens dijo que hay que ser cauteloso al decidir cómo y cuándo actuar. “Tenemos que usar de manera muy juiciosa nuestros instrumentos (...) Ahorita, sí hay muchas presiones en el mercado que no necesariamente responderían a ventas nuestras, son presiones que vienen del exterior”, afirmó.
“Tenemos que ser muy selectivos para encontrar un momento adecuado para poder hacer una acción, si es que la llegamos a hacer”, destacó. Carstens afirmó que, este año, el diferencial entre las tasas en México y Estados Unidos se ha ampliado, lo que le permite al banco central local un margen de maniobra en caso de que la Reserva Federal (FED por sus siglas en inglés) decida este año un incremento.
“No podría yo descartar plenamente que vayamos a reaccionar en ese entonces (...) pero también, por otro lado, hay que tener presente que el diferencial de tasas entre Estados Unidos y México sí se ha ampliado bastante durante este año y eso nos podría dar cierto margen”, dijo Carstens.
Una controvertida visita a México de Trump en agosto, para reunirse con el presidente, Enrique Peña Nieto, desató enardecidas críticas de los mexicanos y llevó a la renuncia de Luis Videgaray como secretario de Hacienda, tras haberse vinculado con la organización del encuentro. (Reuters)