“Debe ser la menopausia”, fue lo primero que le dijeron a Nélida del Valle Correa ante los primeros síntomas. Entonces le realizaron una serie de estudios y el diagnóstico se revirtió: estaba embarazada. A sus 44 años, y después de haber tenido cuatro hijos, la mujer volvió a ilusionarse con la idea de cargar a otro bebé en sus brazos. Pero la historia no terminó de la mejor manera y ahora hay una causa que se tramita en Tribunales.

La mujer llegó a LA GACETA acompañada por su abogado, Pablo Rivera, para contar su historia. En un carpeta, trajo todas sus pruebas: derivaciones médicas, ecografías que dan fe de su embarazo y una copia de la denuncia que realizó su marido en la Seccional 7ª el día que le comunicaron que su bebé había muerto antes de nacer.

Desde que supo que estaba embarazada, a Correa la atendió Sonia Iturre, la ginecóloga del CAPS de Los Aguirre. Fue esta médica quien la envió a la Maternidad, el 10 de agosto, con un pedido de cesárea. En el papel, que lleva su sello y su firma, Iturre explicaba que Correa no podía dar a luz de manera natural debido a su avanzada edad y a que la beba que venía en camino era de gran tamaño.

“Cuando llegué a la Maternidad me dijeron: ‘la doctora Iturre manda en el CAPS, pero acá mandamos nosotros y vos vas a tener parto normal’. Sentí que no me habían dado mucha importancia”, relató Correa. Dos semanas después, la mujer volvió al CAPS y la ginecóloga le repitió la derivación a la Maternidad con el mismo argumento. Como la respuesta fue idéntica a la vez anterior, Correa fue a un centro privado y pagó para que le hicieran una ecografía. En ese estudio, que corresponde al 31 de agosto, se informaba que el embarazo avanzaba con normalidad y que tenía un tiempo aproximado de gestación de 39 semanas.

Dolores

“El domingo 4 de septiembre empecé con dolores y una pequeña pérdida, entonces fui al Hospital del Este (Eva Perón). Ahí me dijeron: ‘todavía te falta, es el tapón que te está saliendo, andá a tu casa, relajate, date un bañito y te va a pasar porque estás muy nerviosa. Todavía no tenés dolores de parto. Volvé cuando aumenten los dolores’. Y me fui a mi casa”, siguió contando la mujer.

Como los dolores cesaron y todo parecía normal, Correa no regresó al hospital al día siguiente. Pero el martes a la madrugada, alrededor de la 1.30, se despertó asustada porque no sentía movimientos en su panza. “Me fui a la Maternidad y, cuando llegué a la guardia me dijeron: ‘tu bebé ya no tiene movimiento, te vas a tener que adaptar a la mala noticia’. Después me hicieron esperar a que llegue el ecógrafo y recién a las 12 del mediodía me hicieron la cesárea. Me hicieron aguantar todo ese tiempo con la bebé fallecida en mi panza”, dijo Correa, con tristeza.

Más tarde supo que la niña pesaba 4.200 kilos: era grande, como decía la doctora Iturre. “Pienso que si me hubiesen hecho rápido la cesárea, sin hacerme esperar todo ese tiempo, tal vez con reanimación la podían salvar a la nena”, lamentó Correa. Y agregó que nadie le dio ninguna explicación acerca de la pérdida. “Ni siquiera trabajaba. En mi casa todos estaban atrás mío, no me dejaban ni que me agache a atarme las zapatillas. No es que hice algo mal y por eso la perdí”, aseguró.

Ante esa situación, su abogado solicitó que se realice una autopsia de placenta con el fin de determinar si la niña murió porque no la sacaron a tiempo del vientre materno. La denuncia ingresó a la Fiscalía de Instrucción de la I° Nominación, que dirige Marta Mariana Rivadeneira. “Está como ‘su denuncia’ pero en realidad es homicidio por mala praxis, acá hay un concurso de delitos de distintos profesionales que han terminado llevando a la muerte de la criatura”, concluyó el letrado.

Debía volver

Por su parte, la directora del Hospital Eva Perón, Elizabeth Ávila, confirmó que Correa fue atendida en ese centro de salud en tres oportunidades, siempre por la guardia. “La última vez fue el domingo 4 de septiembre. Según nuestros registros, ese día la señora no estaba con trabajo de parto, se le hizo un control, se tomaron los latidos del bebé, no había rotura de membrana ni líquidos que salieran por los genitales externos, todos los parámetros eran normales”, explicó la médica.

Con ese diagnóstico -agregó Ávila- el personal del hospital le recomendó que se fuera a su casa, descansara y volviera al día siguiente para que le hicieran un nuevo control. “El lunes ella no regresó y el martes ya se dieron con la noticia de que el bebé no se movía, en la Maternidad. Lo que pasó entre el domingo a la tarde y ese momento, no puedo saberlo. Para eso habría que hacer una autopsia”, agregó la profesional.