La ex legisladora porteña por el Frente para la Victoria (FpV) Gabriela Cerruti fue víctima de un "cuento del tío", una práctica delictiva que consiste en engañar a una persona distraída para que entregue el dinero en mano a los ladrones.
"Me hicieron el cuento del tío. De película. Y yo que pensaba que eran mitos urbanos", resumió Cerruti en su muro de Facebook.
Según relata la ex legisladora kirchnerista, un hombre ingresó al restaurante que ella administra en el barrio de San Telmo"buscando desesperado una llave que se le había perdido, y hablando por teléfono con otro, porque la grúa le había llevado el auto y no tenía la llave para entrar a la oficina a buscar la plata para buscarlo y tenía que ir a la casa y volver". Hasta ahí todo normal.
Sin embargo, la ex legisladora cayó en el engaño. Si bien ella admitió que estaba "distraída atajando varios temas", al mismo tiempo, reconoció que la maniobra no le generó dudas. "No sé si el tipo era buen actor, no me salió desconfiar", agregó en su muro.
En ese momento –contó– el hombre se le acercó, le pidió plata para ir a retirar su auto –acarreado a algunos de los playones de tránsito de la Ciudad– y ella accedió, abrió su cartera y le entregó el dinero. "Vuelvo en veinte minutos a traértela, me dijo. Y le creí, o no, pero le presté. Me imagino al tipo chocho yéndose pensando qué vivo que es y qué boluda que soy yo", reflexionó y se despidió: "disfrutalo, chabón. A mí me gusto más yo".

La ex legisladora porteña por el Frente para la Victoria (FpV) Gabriela Cerruti fue víctima de un "cuento del tío", una práctica delictiva que consiste en engañar a una persona distraída para que entregue el dinero en mano a los ladrones.

"Me hicieron el cuento del tío. De película. Y yo que pensaba que eran mitos urbanos", resumió Cerruti en su muro de Facebook.

Según relata la ex legisladora kirchnerista, un hombre ingresó al restaurante que ella administra en el barrio de San Telmo"buscando desesperado una llave que se le había perdido, y hablando por teléfono con otro, porque la grúa le había llevado el auto y no tenía la llave para entrar a la oficina a buscar la plata para buscarlo y tenía que ir a la casa y volver". Hasta ahí todo normal.

Sin embargo, la ex legisladora cayó en el engaño. Si bien ella admitió que estaba "distraída atajando varios temas", al mismo tiempo, reconoció que la maniobra no le generó dudas. "No sé si el tipo era buen actor, no me salió desconfiar", agregó en su muro.

En ese momento –contó– el hombre se le acercó, le pidió plata para ir a retirar su auto –acarreado a algunos de los playones de tránsito de la Ciudad– y ella accedió, abrió su cartera y le entregó el dinero. "Vuelvo en veinte minutos a traértela, me dijo. Y le creí, o no, pero le presté. Me imagino al tipo chocho yéndose pensando qué vivo que es y qué boluda que soy yo", reflexionó y se despidió: "disfrutalo, chabón. A mí me gusto más yo".