Desde ayer, la Policía montó operativos en las rutas que unen a Tucumán con las provincias vecinas para procurar detener al narco José Antonio “Pico” Peralta, que ayer se escapó de la comisaría de Delfín Gallo mediante un golpe comando. Cuatro hombres coparon la dependencia, redujeron a su personal y los cinco escaparon en un auto.

Los investigadores creen que Peralta aún debe estar en suelo tucumano pero no descartan que podría haberse fugado hacia Santiago del Estero, en donde ya hay agentes tucumanos trabajando junto a sus pares santiagueños.

Se cree que la captura no será sencilla debido a que "Pico" sería proveedor de narcos santiagueños, por lo que tendría contactos y recursos suficientes. Peralta está acusado de ser líder de uno de las bandas de narcomenudeo más fuertes de la provincia y que opera en el sur de San Miguel de Tucumán.

La fuga

Desde ayer a la mañana, según confiaron fuentes policiales, el acusado de acopiar y comercializar drogas dijo sentirse mal. Sus compañeros de celda -había otros ocho presos por distintas causas- avisaron por la tarde que estaba sufriendo un ataque de epilepsia. El carcelero le abrió la puerta y lo llevó hasta el baño para que se mojara la cara.

Mientras ello ocurría, en la puerta de la comisaría se estacionaba un VW Gol gris. De ese vehículo descendieron cuatro hombres portando pistolas y armas largas. Rápidamente, dos ingresaron a la sede policial y dos se quedaron haciendo guardia. Redujeron a los otros dos uniformados que se encontraban en el lugar.

Cuando ingresaron a la zona de arrestos, “Pico” estaba luchando con el carcelero, al que también redujeron y golpearon salvajemente. Uno de ellos debió ser trasladado hasta un centro asistencial para ser atendido.