BRASILIA.- El profesor universitario Ricardo Lodi fue el último en declarar en la fase de testimonios de los testigos en el proceso de juicio político, conocido como impeachment, contra la presidenta apartada Dilma Rousseff.

Ahora, el juicio vivirá su fase final hoy, cuando la mandataria será sometida a las preguntas del pleno del Senado, cuando se presente a declarar, una posibilidad que le otorga la Constitución.

En la sesión de este sábado después del testimonio del exministro Nelson Barbosa, que defendió la legalidad de la gestión de Rousseff, el humor se agrió de nuevo en el plenario después de que un senador opositor se negara a hacer preguntas a Lodi al considerar que este desempeñó un cargo judicial público durante el mandato de Rousseff por lo que dijo que era “patética” su comparecencia.

En su declaración, en la misma línea que la de Barbosa, Ricardo Lodi afirmó no ve motivos por los cuales la Presidenta deba ser imputada por “crimen de responsabilidades”.

Irregularidades

Esta expresión alude, en el caso brasileño, a las presuntas irregularidades administrativas cometidas por la jefa de Estado que violarían la ley fiscal.

Lo cierto es que tres días seguidos de exposiciones, tanto de los inquisidores como de los defensores de la gobernante, dejaron la sensación de que unos y otros podrían tener sus razones, tanto para incriminar como para absolver. Y como dijo el ex ministro de Industria, Armando Monteiro, a la corresponsal en Brasil del matutino Clarín: “Ante la duda, siempre debe favorecerse al reo”.

El juicio político como tal se celebrará en el Senado hoy y estará encabezado por el presidente del Tribunal Supremo Federal.

Para que el impeachment prospere deben votar a su favor al menos 54 de los 81 legisladores que componen la Cámara Alta.

En este escenario, Rousseff, que fue suspendida el 12 de mayo para afrontar el juicio político, sería apartada del cargo de forma definitiva e inhabilitada para los próximos ocho años. El único precedente en Brasil es el del ex presidente, Fernando Collor.

Créditos públicos

La acusación contra Rousseff está basada en que maquilló cuentas tomando créditos de bancos públicos para cumplir con el plan Zafra 2015 a la agricultura, pero Barbosa, indagado por los senadores, apuntó que no se trató de un financiamiento sin haber afectado la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Mientras ocurre en forma extraordinaria, en Brasilia no se han producido manifestaciones hasta el momento desde que se inició el juicio político, el jueves, ni a favor ni en contra de la mandataria. Se espera que las manifestaciones se produzcan hoy, tanto a favor como en contra de la jefa de Estado suspendida.

Todas las proyecciones indican que Rousseff será destituida porque sus rivales y adherentes al gobierno interino de Michel Temer, que quedaría confirmado, dicen poseer unos 60 votos, 6 más de los 54 necesarios.

La mandataria suspendida transcurrió todo el fin se semana recluida en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial ubicada a la vera del lago Paranoá, preparando su defensa.

El juicio político tendrá hoy su punto alto, con el alegato y el interrogatorio de Rousseff, quien sostiene que el proceso es un “golpe parlamentario” sustentado en la “traición” del vicepresidente Temer, quien si es confirmado en el cargo debe asumir el miércoles oficialmente y viajar a China, a la cumbre del G-20.

Rousseff prepara una comitiva de 15 personas, incluido el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, para intentar hacer que su alegato frente a frente, en lo que puede ser su último discurso en el ejercicio del cargo.

Por eso, las circunstancias sugieren que Dilma tendrá un discurso de tono más político que técnico. Algunos senadores del PT y de las organizaciones aliadas, temen que el nuevo oficialismo (aquél que rodea a Temer) pueda “ser agresivo” en las interrogaciones a la presidenta.

Para el joven senador petista Linderbergh Farias, no hay duda de que muchos de sus colegas podrán ejercer una “presión desagradable” con las preguntas. “Lo demostraron a lo largo de estos tres días de deliberaciones, en que las provocaciones estuvieron a la orden del día”, subrayó.

En las redes sociales se palpitan los anuncios: “Vamos a la caminata con Dilma hasta el Senado”. Las distancias en esta ciudad suelen ser ciclópeas: en este caso, median 5,5 km entre la residencia presidencial y el Parlamento. Habrá además una concentración en la Explanada de los Ministerios, donde se destacan las dos torres de los congresistas. Las movilizaciones son presididas con una idea: “ganando o perdiendo estaremos prontos para ir a las calles contra el Estado de Excepción” que configuraría el futuro gobierno de Temer. (Télam-clarin.com)