“Lo que ha quedado claro es que el tema del ingreso no es solo académico, es social, es político y económico”, sintetizó el vicerrector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), José García, cuando terminó la reunión del consejo de decanos, que demandó dos horas y media de discusión. La primera decisión conjunta fue que ninguna de las 13 facultades de la UNT tendrá cupos de ingreso.

También coincidieron en que la nivelación debe articularse entre todas las unidades académicas y que se va a utilizar la plataforma virtual (aulas online) para que los que quieran ingresar a la universidad puedan comenzar a adquirir competencias desde antes de terminar el ciclo secundario. No obstante, todavía no hay detalles sobre qué tipo de contenidos se van a ofrecer a los estudiantes. “Hay coincidencia en que la necesidad de la lecto-escritura es fundamental”, explicó el vicerrector.

Durante las dos horas y media de deliberación en el Rectorado se analizaron las ventajas y desventajas del CBC (Ciclo Básico Común), por ejemplo, que se aplica en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Otra de las coincidencias, agregó García, es que ningún cambio va a ser contundente para 2017, ya que reiteró que será un año de transición y de adecuación a las normas nacionales, que desde 2015 garantizan el acceso libre en todas las universidades públicas del país. Además, el miércoles de la semana pasada, la Asamblea Universitaria aprobó el artículo 97 que pasará a integrar el texto del nuevo Estatuto Universitario. En consonancia con la modificada Ley de Educación Superior (Nº 24.521) se consagró el principio de ingreso “libre e irrestricto”.

“No es solo capacitar al estudiante para el ingreso, también hay que tener en cuenta la perduración del alumno y el egreso”, agregó.

Uno de los conflictos que temen las autoridades de la UNT es que se agrave la situación de los estudiantes crónicos. Es decir, aquellos que duplican o se extienden muchos años más de lo que abarca el plan de estudios. “A veces (el cursado) es de cinco o seis años, pero demoran 13, 14 o más. Eso encarece el sistema”, argumentó el compañero de fórmula de la rectora, Alicia Bardón.

La universidad también debe articular todo esto pensando que debe revertir (o levantar) las tasas de egresos que, desde 2003, han venido cayendo. Sin descuidar la calidad educativa. Los datos que maneja la universidad hablan de más de 64.000 estudiantes por año, de los cuales egresan unos 2.500 anualmente.

En el cónclave, además, hubo un tirón de orejas hacia aquellos decanos que manifestaron que la escasez de infraestructura y herramientas era un obstáculo que no podrían resolver. “La UNT tiene una infraestructura importante y hay que analizar lo que pone cada decano como limitante”, argumentó, sin hablar de “reclamos”, García.

El vicerrector señaló que lo clave para cumplir con las normastivas será maximizar los recursos universitarios y llevar adelante la articulación con el nivel secundario. “Que reciban algún tipo de instrucción de sus mismos docentes y de algunos de la universidad”, ejemplificó. No descartó analizar las plantas docentes de las facultades para ver cuáles realmente necesitan reforzar y en cuáles la relación docente-alumno es, de alguna manera, holgada. Los decanos volverán a reunirse por este tema el martes, a las 9.