Cientos de miles de fieles, religiosos y laicos consagrados, se despidieron ayer de Tucumán en la misa de clausura del XI Congreso Eucarístico de Tucumán, que fue presidida por el enviado papal, cardenal Giovanni Battista Re, en el hipódromo. En la celebración estuvieron presentes también el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca.
Re, en su sermón, recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y aseguró que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”. 
Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional.
Ante la multitud de fieles,el purpurado italiano saludó a las autoridades “en nombre del papa Francisco” y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.
Luego, antes de terminar la misa, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, saludó a los presentes y llamó a vencer la corrupción y la pobreza. 

Cientos de miles de fieles, religiosos y laicos consagrados, se despidieron hoy de Tucumán en la misa de clausura del XI Congreso Eucarístico de Tucumán, que fue presidida por el enviado papal, cardenal Giovanni Battista Re, en el hipódromo. En la celebración estuvieron presentes también el presidente, Mauricio Macri; la vicepresidenta Gabriela Michetti; el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, y el arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca.

Re, en su sermón, recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y aseguró que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”. 

Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional.

Ante la multitud de fieles,el purpurado italiano saludó a las autoridades “en nombre del papa Francisco” y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.

Luego, antes de terminar la misa, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, saludó a los presentes y llamó a vencer la corrupción y la pobreza.