Bastón en mano, Juan Manzur mira atentamente la cómica escena; su esposa, Sandra Mattar, sonríe. El solemne tedeum en la iglesia Catedral se demora por un (tierno) "infiltrado". "Hay que sacarlo", se escucha por los pasillos. 
Oscar Assan, encargado de la parte de comunicación en la Catedral, toma las riendas y se dispone a correr al "colado", un tierno perro callejero que se encontraba en una de las escaleras del altar de la iglesia. 
Una foto -de las muchas que se sacaron- deja inmortalizado el momento y, después de unos minutos de demora, la ceremonia empieza. Antes, la mujer de Manzur vuelve a sonreír, pero esta vez con la complicidad de su esposo y varios funcionarios provinciales e invitados especiales.
Tras la misa ofrecida por Monseñor Zecca, afuera del templo, numerosas personas esperaban a Manzur. Y también el "infiltrado"

Bastón de mando en mano, Juan Manzur mira atentamente la cómica escena; su esposa, Sandra Mattar, sonríe. El solemne tedeum en la iglesia Catedral se demora por un (tierno) "infiltrado". "Hay que sacarlo", se escucha por los pasillos. 

Oscar Assan, encargado de la parte de comunicación en la Catedral, toma las riendas y se dispone a correr al "colado", un perro callejero que se encontraba en uno de los escalones que conduce al altar del templo. 

Una foto -de las muchas que se sacaron- inmortaliza el momento y, después de unos minutos de demora, la ceremonia empieza.

Tras la ceremonia ofrecida por monseñor Alfredo Zecca, afuera del templo, numerosas personas esperaban a Manzur. Entre ellos también estaba el "infiltrado".