Las banderas hechas con dolor por la muerte de Iván Reyes y Leandro Frías -que los familiares mostraron a LA GACETA el domingo en Villa 9 de Julio-, llegaron hasta Tribunales ayer a la mañana. La gente cercana a los jóvenes asesinados llevó bombos y redoblantes, y entonó bien fuerte sus consignas hasta que fueron atendidos por el fiscal del caso, Arnoldo Suasnábar.
Reyes y Frías fueron atacados a balazos en el puente de los Suspiros el 27 de marzo. Hasta allí habían llegado porque una adolescente, ex novia de Frías, lo había citado. En ese lugar, el que sería el actual novio de la joven les disparó. Frías cayó muerto por un tiro en la espalda, a 50 metros del lugar del ataque. Reyes llegó en su moto hasta el Centro de Salud, convencido de que había logrado llevar a su amigo. Murió el viernes sin saber la verdad; su familia esperaba su recuperación para decírselo.
“Hablamos con el fiscal. Nos dijo que se cambió la carátula. Ya no es homicidio, ahora es doble homicidio calificado. Además, nos dijo que pidió la captura de las personas que estaban detenidas y que fueron dejadas en libertad. Y también nos dio la seguridad de que la investigación sigue y que si no se captura al principal sospechoso, se va a pedir el juicio contra los dos menores”, explicó Sandro Reyes, padre de uno de los jóvenes asesinados. “Quedamos conformes con el fiscal pero no con la jueza que firmó la libertad. Estos chicos son lacras para la sociedad. La menor sigue en las redes sociales. Se está burlando de nosotros y eso es lo que más nos duele. ¿Por qué ella tiene que seguir disfrutando si nuestros hijos no van a volver a la casa, no van a cumplir años, y sus amigos los van a seguir esperando mientras ella hace fiestas?”, se preguntó Josefa Maniscalco, madre de Frías.
La mujer también pidió un cambio en la legislación: “esto tiene que servir para que las leyes injustas cambien. Los menores saben lo que hacen. De esa manera, no van a ser en vano las muertes, le vamos a evitar a otros padres este dolor”.