ACTÚA HOY
• A las 22, en el Teatro Mercedes Sosa, en San Martín 479.

Hubo un momento clave para Dios Salve a la Reina. Fue cuando encararon “Bohemian rhapsody”, y salieron satisfechos con el resultado. “Fue entonces cuando pasamos lo que era el mayor desafío, y ya fue hace mucho. Y nos dijimos, si podemos hacer esa canción podemos hacer cualquiera, y fue así. Ya no nos acobardamos con nada”, le dice a LA GACETA el bajista Ezequiel Tibaldo. “Y queda para mucho más”, agrega durante una entrevista telefónica, a pocos minutos de dejar a su hijo en la escuela.

Esta noche, los rosarinos que en el mundo son considerados como una de las mejores bandas tributo a Queen, actuarán nuevamente en esta ciudad: sí, actuarán, porque lo que ellos hace en el escenario es mucho más que un recital. Pablo Padín (voz y piano), Francisco Calgaro (guitarra), Matías Albornoz (batería) y Tibaldo, integran el grupo que hace 18 años ensaya y toca la música de la banda inglesa.

Cuando vinieron el año pasado, Albornoz fue el vocero con LA GACETA. “Lo nuestro fue siempre Queen, exclusivamente. Hemos buscado su estética y la caracterización de los personajes. El cantante es muy parecido a Freddy Mercury, pero la similitud la buscamos en todo: en las imágenes, las luces y el sonido. Nacimos como banda en 1998 y no hicimos otra cosa”, admitió. Ahora le toca el turno de las preguntas y respuestas a Tibaldo.

- ¿Qué repertorio tienen? ¿Les queda algo por tocar?

- Siempre hay que buscarle la vuelta a la música y estamos sacando temas. Nuestro repertorio activo tiene 30 canciones, pero hemos tocado desde que empezamos unos 70 temas. Quedan muchas canciones, algunas que tal vez nunca las lleguemos a tocar en vivo. Son medio raras o quizás no cuadraría en vivo.

- ¿No se cansan de tocar lo mismo?

- No, la verdad que no. Pero, más que de tocar lo mismo, uno se cansa de las giras, del hotel, del teatro al avión, y eso desgasta. Pero tocar en el escenario, siempre se vive muy bien. Por eso, hay tributo para rato… Siempre tenemos ganas de tocar, de ir sacando uno u otro tema nuevo.

-Además de Argentina, ¿en qué país son bien recibidos?

- Funciona en todos los lados, pero en Chile nos sorprendió mucho y en España tuvimos gran repercusión. En Argentina siempre tocamos en teatros, pero en otros lugares la gente se comporta más como un público de rock y lo hacemos en espacios abiertos.

-¿Cuál es el objetivo del show?

- La idea es que parezca un concierto del Queen real. La gente se emociona mucho en las presentaciones, y cuando pasa el concierto descubren lo bien hecho que está y todo se vuelve mágico. Existe como un arreglo con el público, en el que nosotros pretendemos que somos el Queen real y la gente pretende que escucha al Queen real. Esta especie de convenio es lo que hace todo emocionante. Es como un juego en el que todos salimos beneficiados.

- ¿Hay algún punto de partida o de referencia para el trabajo?

- Tomamos muy en cuenta un concierto legendario, el de Wembley en 1988, donde Mercury salió con una chamarra amarilla; pero, en realidad, tratatamos de tocar algo de todas las épocas de la banda. Somos muy detallistas en nuestro trabajo y siempre estamos atentos buscando esas vueltas.