El fin de semana se festejará en todo el país el Día del Trabajador y, sin distinción de géneros ni bolsillos, el asado será el menú elegido por una gran mayoría. Además de comprar la carne, los embutidos, las achuras, la bebida y el postre, alguien tendrá que hacerse cargo de prender el fuego, una tarea tan sencilla como compleja, de la que dependerán los aplausos y los abucheos para el asador.
En cinco pasos intentaremos ayudarte para que el 1° de Mayo el fuego sea la antesala para que puedas lucirte al mando de la parrilla, siguiendo algunos de los consejos citados en el libro "El parrillero científico", una compilación dirigida por el doctor en Biología y divulgador científico Diego Golombek.
1- Elegir combustibles vegetales: hojas y ramas secas, madera (cajón de frutas), papel son ideales para generar la combustión necesaria para encender el carbón, las briquetas y la leña.
2- Evitar el uso de alcohol, trapos viejos y maderas pintadas ya que al encenderse liberarán gases tóxicos que, además, impregnarán de malos sabores a la carne.
3- Si bien hay muchas formas de iniciar el fuego, será fundamental comprender que para desencadenar la combustión se necesita oxígeno. Por eso es determinante dejar espacio entre las maderas, el papel y el carbón, para favorecer la circulación de aire.
4- Priorizar las piezas grandes de carbón nos permitirá que, una vez encendido el fuego, las brasas mantengan el calor necesario para asar la carne.
5- Una de las técnicas infalibles para prender el fuego es utilizar la parrilla como base, tirar arriba la bolsa de carbón y desde abajo darle calor con bollitos de papel y trozos de madera. Entre las más populares consiste ubicar un elemento cilíndrico (lata de tomates o una botella) en el centro, que será rodeado por círculos de papel torzado sobre los que luego se colocará el carbón. Una vez conformada la "montañita", se retira la botella o la lata. Ese hueco hará las veces de chimenea y facilitará la circulación de aire, indispensable para desencadenar la reacción química de oxidación y la posterior combustión.
"Sin fuego no habrá brasas, sin brasas no habrá asado y sin asado no habrá alegría, que es lo más importante", reza uno de los pasajes del libro de Golombek, algo así como una biblia para los amantes del asado y el buen vivir.