Por donde se mire, todo alrededor, hay verde. La naturaleza atropella los ojos desde el comienzo de la travesía. Para llegar a la primera cascada de la reserva natural de Aguas Chiquitas hay que caminar un poco más de dos horas y media. Pero el regalo natural en el trayecto atrapa los sentidos. Al final del recorrido se encuentra una caída de agua helada y cristalina de más de 40 metros de altura.

La selva de yungas se descubre a lo largo de los senderos dibujados en forma de serpiente. El trekking a la reserva natural tiene un nivel de exigencia medio. Pero es fundamental hacer el recorrido acompañado por un guía turístico. El Ente Tucumán Turismo decidió concretar la revalorización de la reserva de Aguas Chiquitas, ubicada a tres kilómetros al norte del dique El Cadillal.

El proyecto oficial comprende la construcción de obras para convertir al sendero en un camino más accesible para quienes disfrutan del deporte aventura y el contacto con la naturaleza. “Los trabajos suponen una duración de dos meses tras su adjudicación y forma parte de un plan integral de “ecosendas”, que busca impulsar y consolidar el turismo activo”, explicó Sebastián Giobellina, presidente del Ente Tucumán Turismo.

La cascada es agua de vertiente y el viento sopla con tanta fuerza que le da una forma de cortina helada natural sobre el terreno rocoso. “El proyecto plantea una jerarquización del pórtico de acceso, instalación de cartelería de señalización, desbroce del sendero, perfilado del terreno, acondicionamiento del sendero en zonas de accesibilidad dificultada por su elevada pendiente y barandas para mejorar la seguridad”, precisó Giobellina.

Hay varios guías de turismo que ofrecen excursiones a la reserva de Aguas Chiquitas. Ellos se ocupan de mantener en condiciones el sendero y, en especial, de supervisar que no haya daños al entorno natural.

“La intervención de estas obras -resaltó el funcionario- supone la aprobación de la Dirección de Flora y Fauna, del Ministerio de Desarrollo Productivo de la provincia, y también la construcción con materiales naturales de la zona, como maderas propias del lugar para las barandas y los peldaños”.

Atracciones

Giobellina precisó que había que tomar una decisión política para resolver el deterioro del entorno natural ante la gran afluencia de turistas. “El sitio creció en visitas, porque la promoción de Tucumán en fotos mostraba imágenes de la cascada de Aguas Chiquitas y la gente empezó a preguntar cómo llegar; así fue que, en algunos tramos del trayecto, había ángulos de subida y de bajada muy peligrosos -explicó el funcionario-; por ejemplo para bajar, la gente se aferraba a las raíces y eso con el paso del tiempo va deteriorando el entorno natural”, precisó.

La ejecución de las obras comenzará los primeros días de mayo. Por el clima, a veces, es difícil trasladar los materiales y las herramientas, pero se calcula que en un plazo de dos meses estará lista para estrenarse.

El objetivo es que la nueva senda señalizada sea inaugurada en julio, en el marco de la celebración de los 200 años de la Declaración de la Independencia Argentina.

“La idea es instalar, en distintos lugares, los escalones, poner barandas, ajustar cuerdas en algunos sectores para que la gente pueda ingresar y salir de una manera más segura, sin riesgo de sufrir lesiones, con cuerdas que van anudadas a la montaña”, detalló.

El sendero tiene una longitud de 3,5 kilómetros, y en su recorrido permite atravesar un bosque nativo de transición, lo que se denomina selva pedemontana. Una de las principales características es la densa y exuberante vegetación, un paisaje que atrapa a los visitantes. Al final, el esfuerzo de la caminata tiene un premio de la naturaleza.