El cóctel se prepara con medidas precisas de violencia, sexo, intriga y traición, con una despiadada lucha por el poder como escenografía temática y con toques mágicos, religiosos, mitológicos y fantásticos, que incluyen zombies. En cada copa se puede mezclar más o menos de cada contenido, pero nunca faltar aunque sea un poco de cada uno.
La bebida se llama “Juego de tronos” (“Game of thrones” en inglés, abreviada simplemente como GOT) y volverá a servirse esta noche en todo el mundo. En la Argentina estará disponible desde las 22 en los servicios premium de los canales de cable y satelital, y será tema de conversación desde que el primer capítulo de la sexta temporada termine, una hora después.
“The red woman” es el título original elegido para el guión del retorno de la serie cabecera de la señal HBO, cuyos números apabullan, y que al éxito de televidentes que la siguen se suman los premios que recibió. Este año se anuncia como el de las mujeres en GOT, pero sólo potenció el debate sobre si la producción es feminista o machista.
La explosión de sangre, degollamientos mediante (una de las técnicas preferidas por los guionistas por su espectacularidad, atento a la cantidad de muertes que se producen por este medio en la ficción), es el primer arma de seducción de la serie que tiene 10 capítulos por año hasta esta temporada. Quedan dos más hasta el cierre, y ya trascendió que la séptima será de siete entregas y la última, de seis.
La inminencia del final (para HBO puede significar la caída de su acosado reino) obliga a la señal a pensar en el futuro. Hasta el momento, no cuajan las opciones de producir spin off (series derivadas de la original, como es “Fear the walking dead”) o precuelas. Todo apunta a una nueva idea; eso sí, con elementos de la exitosa GOT pero en un salto de tiempo, muy probablemente a un hipotético futuro.
Se sabe que en la serie nadie tiene la vida asegurada y que los creadores (tanto George R. R. Martin, autor de los libros originales, como los guionistas David Benioff, Dan Weiss y Bryan Cogman) disfrutan cada vez que le dan fin a un personaje; a mayor malestar y rechazo de sus fanáticos a una muerte imprevista, mayor publicidad, es la lógica de este mercado. Por este tema, es que se realizan estudios y encuestas sobre quién será la próxima víctima y qué habrá sido de la suerte de quienes terminaron la temporada cinco sin saber su destino, comenzando por el malherido (¿ya fallecido?) Jon Snow, uno de los más queridos por los seguidores que lo identifican con el valor, el honor y la bondad, tres virtudes que no se presentan como las más comunes en una historia en la que no abundan ejemplos a rescatar.
El trono nunca está vacante, pero siempre está en disputa. Y hasta el último minuto del último capítulo del último año no se sabrá quién se sentará en él. Quizás importe poco, porque en los buenos relatos lo trascendente es el camino que se recorre y no la palabra “fin”.
UN ARGENTINO EN EL ELENCO
El ENTRENAMIENTO PARA HACER DE GUERRERO
Un papel chico, pero significativo. Fausto Labraña, el único argentino de la serie, volverá a interpretar a un guerrero dothraki esta temporada. Según contó a La Nación, la jornada de rodaje comenzaba a las 2.30, y una hora y media después recibían un calórico desayuno que los ayudaba a soportar el clima helado. Además, un equipo de entrenadores obligaba al elenco a calentar músculos para evitar lesiones. “Aunque no tenga filo, el peso de la espada es real”. Grababan de 6 a 19.