Como en sus mejores épocas como presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, concentró ayer gran parte de la atención de los medios de todo el país y de gran parte de la sociedad. Durante gran parte de la jornada se repitieron las imágenes de El Calafate, donde se encontraba la ex jefa de Estado, y de los militantes que se acercaron primero hasta su domicilio y luego hasta el aeropuerto para brindarle muestras de apoyo. En Buenos Aires sucedió algo similar, donde los seguidores de Cristina convocaron a una vigilia para aguardar la declaración de su líder política en los Tribunales de Comodoro Py. A todo esto, lo extraño es que la ex mandataria llegó para dar explicaciones a la Justicia, en medio de un clima de entre algarabía y amenaza.