ROMA.- El papa Francisco recibió ayer en el Vaticano al presidente Mauricio Macri, en la primera audiencia tras el cambio de gobierno. El encuentro definido como “protocolar, sobrio, serio”, duró 22 minutos y se realizó en la Biblioteca del Palacio Apostólico en Roma.

El mandatario y el Sumo Pontífice coincidieron en la necesidad de trabajar por la unidad de los argentinos, luchar contra la pobreza, el narcotráfico y la corrupción en el país.

En una conferencia de prensa posterior a la reunión, Macri afirmó que invitó al Papa a visitar Argentina y que éste respondió que “por cuestiones de agenda este año era imposible”, pero le dijo que lo “iba a hacer lo antes posible”.

En la charla con periodistas, el presidente se manifestó contento tras su reunión con el Papa, con quien destacó tener una “relación de años”, al evocar sus tiempos de jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires y los de arzobispo de Buenos Aires de Jorge Bergoglio. En este sentido, más de una vez resaltó que se trató de una reunión entre “dos viejos conocidos porteños que se encontraron en una etapa distinta de sus vidas”.

Del encuentro, Macri resaltó que le indicó al Papa que esperaba ir virando a un país de pobreza cero. En ese marco, el jefe de Estado relató que el Papa “habló de la importancia de recuperar la cultura del trabajo en el país, algo que nosotros estamos pregonando”.

“Está preocupado por la integración de los chicos, a través del estudio y del deporte y alejados de los males de la calle”, afirmó el Presidente en la conferencia.

Respecto de del desarrollo económico y social del país y “en términos de consejo”, Francisco aconsejó a Macri tener paciencia. “Me dijo que no dude en enfrentar los problemas graves de fondo que tiene la Argentina y señaló al narcotráfico y a la corrupción, que hacen mucho daño destruyendo oportunidades para el que menos tiene”, manifestó.

Además, dijo que el Papa le insistió con que le interesa que continúe el programa Scholas y le garantizó el apoyo del Gobierno nacional. “Necesitamos un Estado que funcione, con eficiencia y transparencia, y un país que se integre al mundo”, acotó.

Macri le ofreció al Papa recibir en el país a los refugiados sirios que huyen de la violencia terrorista y colaborar con la asistencia humanitaria a través de los Cascos Blancos.

El propio Vaticano confirmó que durante la reunión, como la posterior con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, “fueron abordados temas de mutuo interés, tales como la ayuda al desarrollo integral, el respeto a los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y el narcotráfico, la justicia, la paz y la reconciliación social”.

Como parte del intercambio de regalos, el mandatario le obsequió a Francisco un poncho de alpaca, la Cruz de Matará y doce CD de tango y chamamé, mientras que el Papa le regaló el nuevo medallón del Vaticano, decorado con un olivo que simboliza la unidad, la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” y la encíclica “Laudato si’”.

Tras el encuentro privado, el Papa saludó a la primera dama, Juliana Awada, y a uno por uno de los integrantes de la delegación argentina. La primera dama, quien visitó de negro como indica el protocolo, dialogó en forma distendida con el Papa y fue la única que le sacó una sonrisa al Sumo Pontífice, no así el Presidente.

El jefe de Estado argentino estuvo acompañado por una comitiva que integraron la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la primera dama, Juliana Awada, y tres gobernadores provinciales: Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Juan Mauel Urtubey (Salta). (DyN/Dpa)