Sin trabajo
Seguramente será muy difícil para el lenguaje humano expresar con menos palabras esta frase: “estoy sin trabajo”; el inmenso dolor que ellas encierran, sintetizado en la frase del gaucho Martín Fierro:, cuando afirma: “sangra mucho el corazón del que tiene que pedir”. Ya que fue por imperio de esta frase de implacable dureza lo que tuvieron que sufrir profesionales, empleados y obreros argentinos, que después de golpear todas las puertas, de apelar a la amistad, la bondad y la conciencia, siguieron y siguen sin ese lugar que les niega una sociedad irracional, que gastó tiempo y dinero en formarlos, para luego destituirlos, negándoles la posibilidad de trabajar. Diez millones de pobres, dos millones de indigentes y niños que mueren de hambre, nos ponen muy próximos a una anarquía que ya se manifiesta de distintas formas: delincuencia incontenible e impune; drogadicción generalizada; depresión moral y económica; resentimientos; hogares destruidos; suburbanismo incontrolable, etcétera. Y como responsable indiscutible de este siglo malogrado, que exige reflexión y no festejos, la transformación de la noble actividad política en una canallesca industria cuyos responsables, sin distinción de categorías, deben ser juzgados y severamente sancionados. En la trágica década del 30 yo era un niño de una familia de modestos empresarios, donde el diario fantasma del trabajo que se iba terminando era una terrible presencia que marcó mi alma para siempre. Hoy, al final de mi larga vida, veo con tristeza repetirse aquel cuadro, con el agravante de que aquella sociedad sabía que no es rico el que tiene mucho, sino el que se conforma con lo necesario, sin sentirse víctima del actual consumismo, que ofrece “todo ya”, sin recordarnos que si ganamos 10 y gastamos 15 vamos camino al manicomio o a la cárcel. Cuando Atropos, la Parca que corta los hilos de la vida, recuerde mis 91 años, me gustaría morir en ese país en serio, al que consagré los mejores años de mi vida, sin otra religión que mi honor ni otro culto que mi conducta y sin admitir otros jueces que mi conciencia, heredados de un hogar donde mis padres, y después mi esposa, manantiales inagotables de amor y conducta, siempre estaban donde y cuando debían estar.
Dante Diambra Caporaletti
Avenida Sarmiento 947
San Miguel de Tucumán
Piedras desde un puente
Finalizando la zafra 2015, mi esposo se dirigía al sur por razones de trabajo en su vehículo por la autopista a Famaillá, aproximadamente a las 0.15 de un día de semana. A la altura de Mercofrut, de un puente se arrojaban piedras a los automovilistas, que huían al pensar que era una balacera. A la altura de Lules se comunicaron con la Emergencia de Policía, quienes les sugirieron hacer la denuncia en la Comisaría IV. ¡Increíble respuesta para los damnificados! No tanto por los daños materiales, subsanables con repuestos, de costo muy elevado si el vehículo es importado, y por más bajo que fuere, es un gasto que no corresponde por ser responsabilidad del Gobierno la seguridad de nuestra provincia, que pareciera ser zona libre para todo tipo de actos delictivos. En el caso narrado, esquirlas y golpes leves en los ocupantes fueron tratados en forma particular, y sobresalió la solidaridad y ayuda tanto en pesos como espiritual. Del hecho quedan aún las marcas psíquicas: el temor permanente y la libertad de tránsito coartada. Debemos viajar por una ruta alternativa. A la fecha, por lo cual recién ahora lo manifiesto, pasado un tiempo prudencial, la policía no hizo nada. Es una zona de alta peligrosidad y ellos conocen estos casos. El patrullaje por prevención debiera ser constante a la noche y ubicar un puesto policial permanente. De igual modo ver policías en móviles, las 24 horas. Es factible, con un organigrama equilibrado para el personal. Los queremos por vocación y bien despiertos. La prevención es fundamental. La sola presencia de un policía, es una luz roja para el delincuente. Es hora que el Gobierno reaccione y actúe para protegernos a todos por igual. Estamos al borde de actos gravísimos que pueden evitarse si cada uno asume con idoneidad la función para la cual fue designado, o renuncia si no logra el objetivo fijado. Máxime siendo las mismas personas las responsables .
María Dip
Balcarce 351
San Miguel de Tucumán
Primero, los recursos
El Panorama tucumano “Primero, los recursos”, de Juan Manuel Asís (31/1) recuerda, entre otras cosas, a los tristes acontecimientos vividos en Tucumán, entre los años 2002-2003, en los que habían fallecido 21 niños por desnutrición y que todas las miradas acusadoras se dirigieron al gobernador Julio Miranda. En San Pablo fenecieron dos nenes de corta edad, por desnutrición. El denunciante de los manejos irregulares de los fondos de la Secretaría de Desarrollo Humano fue Alberto Darnay, quien había ocupado ese cargo y fue reemplazado por Susana Benítez. A raíz de los tristes y dolorosos acontecimientos, la muerte de las criaturas, tuvo que actuar la Justicia. El comisionado rural de aquel entonces, el mismo que dirige hoy la comuna de San Pablo y Villa Nougués, estuvo detenido 100 días en Villa Urquiza, imputado por administración fraudulenta y por el fallecimiento de las dos criaturas por desnutrición. Para entonces había nueve comedores en los barrios, que permanecían cerrados por falta de fondos, pero la Secretaría de Desarrollo Social no dejó de realizar los libramientos, mientras Castro estuvo detenido. Los contribuyentes, hasta hoy, no sabemos cuál fue el destino del dinero remesado ($ 10.000 mensuales). ¿Cuál habrá sido su destino? En un zanjón, que era utilizado como principal desagote de aguas servidas del ex ingenio, cerrado en la década del 90, empleados tiraron cientos de kilos de leche en polvo, harina, fideos, arroz, polenta, en supuesto mal estado. Según LA GACETA, Alperovich usó a los comisionados como la primera barrera informativa para que el Estado llegara con ayuda a familias carenciadas; “son mis ojos” les había dicho. Más aún, “hablan del peronismo con la costumbre de quedarse con unas pocas monedas destinadas a la gente”. Esas monedas fueron las que no llegaron a tiempo para evitar la mortandad infantil y que Tucumán se ganara los titulares nacionales e internacionales. El ministro del interior de esta provincia, Miguel Acevedo, exortó a los comisionados a brindar un mejor servicio: desmalezar, “no talar árboles indiscriminada e innecesariamente”, mejorar los caminos, “no destrozarlos con camiones de gran porte cargados con áridos que extrajeron del Río Muerto”; pero todas las obras de construcción están paradas. En algún momento se acusó al sistema de “caja única” pergeñado por Alperovich en 1999, cuando era ministro de Economía de Miranda. La desnutrición infantil y la muerte de los niños se debía a la concentración de los dineros públicos y a la falta de remisión para el trabajo social en las comunas.
Carlos A. Drube
Avenida San Martín 51
San Pablo
Medicación para el cáncer
Padezco cáncer de páncreas, con quimioterapia desde hace tres años. Comencé con tratamiento endovenoso, sin resultado positivo, luego seguí por vía oral, que me dio buenos resultados por un tiempo. El oncólogo cambió nuevamente la medicación y comienza mi calvario, ya que coincide con el cambio de gobierno. La primera entrega tardó 52 días, la segunda más de 40 y la tercera van 35 sin resultado positivo desde la fecha de presentación del expediente el día 29/12/15. Cada caja dura 30 días y tengo que hacer un tratamiento continuo para lograr un mejor resultado. Profe responsabiliza al Siprosa y viceversa, y yo deambulo por los pasillos para apurar la entregar de dicha medicación. Ya tendría que estar en el cuarto mes de tratamiento y todavía no puedo comenzar el tercero. Haré responsable a las autoridades por lo que pudiera ocurrirme en el futuro, por carecer de la medicación para tratar mi enfermedad.
Nemecio Jesús Carabajal
San Lorenzo 2.990
San Miguel de Tucumán
Turnos de la Anses por internet
Varias gestiones que se realizan en la Anses solamente son atendibles por turnos que se solicitan por teléfono al 130 o en su página web, pero es imposible realizarlas ya que no atienden el teléfono y en internet no se cargan los datos. En las delegaciones te recomiendan que vayas a un ciber para solicitar el turno, pero esto tiene un costo de $30. Sería conveniente que la Anses explique por qué sucede esto.
Ángel Figueroa
jaef705@yahoo.com.ar
Actitud discriminatoria
No se entienden algunas ofensivas y deplorables actitudes hacia los mayores de Tucumán. Me refiero a los oídos sordos del gerente de un banco que ha dispuesto sorpresivamente que cada jubilado, cualquiera sea su estado de salud, extraiga su boleta de sueldo por el cajero automático. Los inconvenientes son innumerables, que avergüenzan al discriminado en cuestión, ya que la mayoría no sabe manejarlos. Se realizan largas colas y a veces no hay sistema, empeorándose la larga espera. Hasta hace poco la boleta del cobro jubilatorio era entregada en mano; además de ser clara, facilitaba su lectura. Ahora no se entiende qué se liquida. Las quejas caen en saco roto.
Ariadna Cerrano
ariadna_cerrano@yahoo.com.ar
Llegando al carnaval...
Ligada temáticamente a “juguemos en el bosque mientras el lobo no está”, esta festividad de disfraces y cambio de personalidades surge vigorosa, exigiendo alegría sin orígenes claros. Se trata de llegar al cuerpo del otro sin aclarar intenciones, salvo la condición de que sean aceptadas. Una vez más la excitación suplanta a la alegría. El Diablo parece ser el jefe ideológico de la fiesta, aunque su aspecto es más de pobre que de malo. Parece un jubilado con el haber mínimo. Y los quejiditos, expresión verbal chiquita con que se remeda la voz del dueño del infierno, hacen ver que faltó al menos una medialuna en el desayuno. En cuanto a algunas bailarinas, por el contrario, al observarlas con cuidado, se podrá ver que disfrazarse de colesterol es una buena idea, no costosa y altamente favorecida por la cumbia con su percusión interminable. Hasta Beethoven hubiera deseado ser sordo para sobrevivir algunas escuelas de zamba criollas y brasileñas. En Tucumán hace ya mucho tiempo que se separó el festejo de lo que se festeja. Y hace realidad la propuesta de “festejemos cualquier cosa”, total… Y para aquéllos que no coinciden con este comentario hagamos otro: “¡pero qué bellas son estas fiestas populares en las que una vez más los brindis nos hermanan en las calles, pletóricas de colores, movimientos espasmódicos y botellas de fernet!” “¡Qué entusiasmo sincero el de los locutores que gritan desaforadamente su convicción de concurrir a reuniones donde se eligen reinas, girando nuestra república hacia la monarquía!” En esta curiosa provincia donde hasta desnudarse es difícil, ya que debajo de la camisa todavía queda el tatuaje, no nos queda otra que la simpática hipocresía de mirar como si nada.
Osvaldo Aiziczon
aiziczon@arnet.com.ar