ROSARIO.- En Autos, la baraja de oportunidades concretas se reparte entre cuatro o cinco, al igual que en Camiones. En Motos, el fin del “duopolio” Marc Coma-Cyril Després por el retiro de uno y la mudanza del otro abrió el juego y permitió la consagración de un tercero, Toby Price, por primera vez desde que el Dakar aterrizó en Sudamérica. La categoría de los Cuatriciclos, en cambio, es un caso particular. Allí, el apellido que manda es uno solo. El único que puede hacerle sombra a un Patronelli, es otro Patronelli. Y así fue, una vez más: Marcos le ganó a Alejandro la pulseada en que se había convertido la categoría desde hace varios días (cuando los hermanos le sacaron más de una hora de ventaja a sus perseguidores inmediatos), y se consagró campeón por tercera vez. Ya había festejado en 2010 y 2013.

“Estoy muy contento. Hemos vivido un Dakar espectacular. Empezamos con algo de mala suerte, pero luego todo empezó a ir mejor. Mostramos mucha regularidad en el Dakar. Fue una edición dura, trabajamos mucho. Es emocionante el resultado. Había una parte muy típica de rally y otra más Dakar. Daba la impresión de que estaba dividida la carrera en dos. En la parte rápida del principio no iba muy bien, pero en el segundo tramo marqué la diferencia”, resumió el mayor de los Patronelli, que tras su ausencia del año pasado, volvió y venció con un tiempo total de 58 horas, 47 minutos y 41 segundos.

Segundo terminó Alejandro, a poco más de cinco minutos de distancia, y el sudafricano Brian Baragwanath, ganador del especial entre Villa Carlos Paz y Rosario, completó un podio totalmente dominado por Yamaha, a una hora, 41 minutos y 53 segundos del campeón.

“Ganamos los dos”

En todo momento, Marcos se encargó de aclarar que su triunfo no fue personal, sino familiar. “Estoy muy contento, trabajamos muy bien y le agradezco a la familia. Nunca me imaginé esto y quiero dejar en claro que ganamos los dos hermanos, porque Alejandro me dejó pasar y este es un triunfo de los dos”, expresó el vencedor en declaraciones a Fox Sports.

La presencia de Alejandro, que regresó luego de tres años, resultó crucial para la tercera consagración de Marcos. No sólo porque lo obligó a acelerar a fondo y dar lo mejor de sí para vencerlo (en la penúltima etapa, la diferencia llegó a ser de apenas ocho segundos), sino porque lo remolcó tras pinchar una rueda en el especial Uyuni-Salta.

“Disfrutamos esta vuelta al Dakar y volvemos a festejar con la satisfacción de llegar juntos a la meta. Ahora será tiempo de descansar y luego volver a trabajar”, agregó Marcos.

Por su parte, Alejandro se mostró muy conforme con su performance. “Esto es un sueño, es increíble y uno no cae. Me preparé como nunca para este regreso luego de no competir durante tres ediciones. Este segundo puesto es el fruto de mucho trabajo. Siempre es una alegría llegar a la meta con Marcos”, enfatizó el menor de los hermanos, campeón en 2011 y 2012.

También fue muy destacada la actuación del cordobés Jeremías González Ferioli, que se quedó con el 5° puesto en la clasificación final tras el 2° lugar obtenido el año pasado. (DPA-Especial)