“¿Tienes un cable auxiliar?”, preguntó a su chofer la ya crecida ídola preadolescente Selena Gómez, armando una lista de reproducción de Spotify e inclinándose hacia el asiento delantero para subir el volumen en una canción de rock cristiano. Siguieron One Direction, Nicki Minaj y el grupo Chromatics.

Como al parecer todas las chicas de 23 años en Estados Unidos, Gómez revisaba distraídamente Instagram y aceptó pedir sushi vía una aplicación mientras rapeaba en voz baja siguiendo la canción de Drake (“Trigger fingers turn to Twitter fingers...”, cuya traducción sería “Los dedos en el gatillo se vuelven los dedos en Twitter...”).

Si ella no hubiera recordado su paso a los siete años en “Barney & Friends”, era casi posible olvidar de buena fe a la estrella infantil que fue: cuatro temporadas de un popular programa de Disney, “Wizards of Waverly Place”; cuatro álbumes de estudio bajo la subsidiaria musical de la compañía, Hollywood Records; una desgarradora saga romántica adolescente con Justin Bieber. Pero eso ha quedado en su pasado ahora, o algo así.

En un intento por declarar su renacimiento como una mujer adulta independiente y segura, Gómez lanzó “Revival”, su primer álbum para Interscope. No obstante, aun cuando los despertares temáticos de la música (personal, profesional, sexual) están destinados a suplantar a sus personajes anteriores (ordenadamente beata en su trabajo, pajarito con las alas rotas en los tabloides), las canciones también explotan diestramente esas mismas historias y preconcepciones públicas. Como cuando canta en la primera canción del álbum: “What I’ve learned is so vital/More tan just survival/This is my revival” (“Lo que he aprendido es tan vital/Más que solo supervivencia/Este es mi renacimiento”).

El riesgo, sin embargo, es caer en asociaciones pasadas que amenacen con eclipsar su crecimiento obvio como artista. Así que Gómez debe aprovechar sus experiencias mientras trata de evitar una identidad de estrella del pop que solo se refracte a través de otros, ya sean Bieber o Taylor Swift, su antigua mejor amiga en la industria, quien en los últimos años también busca tomar el control de lo malo que se dice sobre sus relaciones con una nueva sensación de voluntad y énfasis en la amistad femenina.

La fase previa del álbum tuvo que ser cuidadosamente considerada: el tema principal, “Good for you”, que incluye una pícara estrofa de ASAP Rocky, es una declaración de autoestima y poder sexual como insinuación susurrante, que no conjura ninguno de los fantasmas de Gómez. Solo después de su inesperado éxito (la canción alcanzó el tope en la tabla pop de Billboard y el quinto lugar en la Hot 100), Interscope lanzó el más obvio sencillo “Same old love”, una desafiante pero herida despedida acerca de un corazón pisoteado.

Aunque planea abordar su pasado, está excesivamente consciente de cómo ha sido percibida. “Todo es parte de mi historia. Estoy creciendo y cambiando. Estuve en una relación, mis padres eran mis agentes, seguía bajo contrato con Hollywood y Disney, y estaba siendo restringida por esta expectativa de ser la niña buena”, sostuvo.

Continuó: “sabía en lo profundo de mí que esto no era lo que yo quería hacer; estaba cansada de forzar algo que no estaba bien, incluso en mi vida personal. He tenido momentos en que estaba llorando y decía: ¿por qué no me apasiona lo que hago? Me vi forzada a sentirme muy incómoda por algún tiempo para tomar las decisiones que tomé”.

Incluso más liberador que dejar Disney, reconoció, fue dejar ir a su madre como manager el año pasado, una experiencia a la que llamó “muy complicada” y a la que comparó con un hijo que se va a la universidad. Pero, repentinamente, decisiones como posar casi desnuda para la portada de “Revival” se volvieron más fáciles.

La parte adulta jugó lo suficiente contra el estereotipo, poniendo a Gómez en nuevos radares de la industria, incluyendo los de John Janick, ahora presidente y director ejecutivo de Interscope. Después de que Janick apareciera en una sesión de grabación para conocer a Gómez en 2013, la pareja inició un año de discusiones sobre su carrera musical.

“Siempre giró en torno de impulsarla en la dirección correcta, pero asegurándonos de no saltar 10 pasos hacia delante”, afirmó. El álbum “Stars Dance”, lanzado ese mismo año por Hollywood, fue otro pasito hacia una carrera adulta e incluyó el éxito “Come & Get It”, su mayor canción hasta la fecha. Antes de firmar con Interscope en diciembre de 2014, Gómez dio un paso más grande hacia la independencia con un último sencillo contractual para Disney. “The heart wants what it wants” empieza con un lacrimógeno monólogo y aborda su relación con Bieber casi explícitamente. “Mi vida pública estuvo hablando totalmente por mí por un momento -admitió-. Aunque la prensa de chismes convirtió en su misión hacerme parecer sumisa y pequeña yo traduje eso en mi música”.

Su apertura llevó a las sesiones para “Revival”. Junto con productores y compositores del momento (los acólitos de Max Martin Mattman & Robin, Hit-Boy, Benny Blanco), Gómez -quien es mencionada como productora ejecutiva y tiene crédito de autoría en seis canciones- trabajó con muchas jóvenes, incluidas Charli XCX (“Same old love”), Julia Michaels (“Revival”, “Good for you”) y Chloe Angelides (el himno en torno a Bieber “Sober”).

Ella se acostumbra a la autonomía. “Definitivamente me recuerdo que tengo el control -apuntó-. Me siento como si finalmente me sentara y me pusiera a pensar en la decisión que necesito tomar, es algo realmente interno. Tomo la decisión. Todo pasa por mí”.