En la información que da cuenta Facebook, a la pregunta de qué género interpreta, se responde: cualquier género. Y eso es lo que, reiteradamente, sostiene Santiago Aysine, el líder del grupo Salta la Banca, que tocará esta noche en el Centro Cultural Leticia. “Lo nuestro es la promiscuidad musical, el eclecticismo del que somos parte, no somos una banda rockera”, le aclara a LA GACETA, mientras sostiene que a pesar de la cumbia están afiliados al compromiso social.

Salta la Banca tiene apenas seis años, pero ya produjo cinco discos; llenó el Luna Park en varias oportunidades y ahora están presentando con éxito el último álbum, “Eureka”.

- Venís solo; ¿hubo algún problema con la banda?

- No, para nada. El grupo está en su mejor momento. Vengo solo porque realizaré un show acústico con mis canciones y algunos covers. Como pasa con otras bandas, hay proyectos colectivos e individuales. Todas las canciones son mías y ahora que se ha incorporado Juan Gaspari en guitarra, el orden compositivo se está modificando. Se están produciendo cambios en el grupo.

- Es como Pecho, que además de estar en Las Manos de Filippi también hace su propia carrera…

- Mirá vos, así es, justamente Pecho fue un paradigma para nosotros, como Las Manos... Entendemos que no hay que poner cepo a las libertades. Nadie reniega de los proyectos individuales. Uno se maneja con la ideología dentro de la banda, pero hay cosas que se pueden plantear por afuera.

-¿Qué música hacen?

- Disfrutamos de la buena música. Hay cosas de cumbia, de rock y de muchos géneros. Hay un eclecticismo y una promiscuidad musical que nos hace bien. El eclecticismo marcó nuestros pasos. Me gusta la cumbia, pero no toda. Gozar de la música popular es muy sano. He crecido en un barrio obrero y ferroviario y me siguió toda la adolescencia: en la casa escuchaba a Los Redondos, pero después iba a las cumbias con mis amigos. En otras palabras, me conmueve lo que está bien hecho.

- La cumbia ¿no está muy asociada a la fiesta, a la diversión?

- La imagen de Salta la Banca está muy afiliada a la del compromiso social y con la búsqueda de una belleza armónica y lírica. No queremos simular ser Spinetta, porque fue un solo. Tal vez cuando hacíamos fusión con el ska, tenía sentido pensar en eso de la fiesta, pero con el tiempo fuimos cambiando y nos tomamos en serio. Somos trabajadores y nos tomamos en serio lo que hacemos. El tercer disco, por ejemplo, estuvo dedicado a Luciano Arruga, y después se abrió una búsqueda musical y lírica, con el compromiso social. Con “Eureka” hoy estamos todos mucho más cómodos.

- Primera vez en esta ciudad…  

- No, estuvimos el año pasado y me impresionó el cariño de la gente, fue sensacional que me gritaran “Santi, Santi”. Tiene que ver con la conexión que establecemos con las redes sociales. Casi crecimos a la par de Facebook y somos una banda que se difunde por las redes.