El nombre de Alfredo Santiago Juárez forma parte de la historia de San Martín. Así lo demostraron los hinchas al elegirlo para el equipo ideal de todos los tiempos, iniciativa impulsada por LG Deportiva. “Pichón” conformó una dupla de marcadores centrales difícil de olvidar con Héctor Guillermo Cejas. Los santiagueños regaron de fútbol las canchas donde los “santos” se presentaron en la década del 80.

A los 56 años, el ex marcador central, que por el momento se encuentra alejado del fútbol, es uno de los coordinadores del Polideportivo Provincial de Santiago del Estero. “Nos dedicamos a trabajar con los chicos para que puedan intervenir en los Juegos Evita. Además, los hacemos participar en colonias de vacaciones. Es un modo de colaborar para sacar a los chicos de la calle”, señaló Juárez, quien está casado con Ana Rosa. De esa unión nacieron tres hijos: Ana Verónica (30 años), santiagueña; Carolina del Valle (27) que nació en Tucumán y Santiago Nicolás (20), santafesino. “Pichón” ya es abuelo. Ana Verónica le dio su primera nieta: Sofia, de cuatro años.

Inolvidable

“Pichón” reconoce que San Martín fue lo mejor que le pasó en su vida deportiva. “Nunca voy a dejar de agradecer lo que ese club hizo por mí. Aunque ya pasaron 30 años, recuerdo como si fuera hoy cuando Guillermo César Reynoso, un señor con todas las letras, en la temporada de 1985 recomendó mi contratación cuando fui a probarme luego de haber jugado en Central Córdoba, en el viejo Nacional”, recordó el santiagueño con nostalgia.

Lo mejor y lo peor

Entre las mayores alegrías que le tocó vivir vistiendo la camiseta de San Martín, Juárez ubica la notable campaña realizada en 1988 cuando bajo la dirección de Nelson Pedro Chabay pasaron de jugar el torneo liguista a Primera división de la AFA. “Esa hazaña será irrepetible. Fue un lujo tener compañeros de esa calidad futbolistica. A medida que alcanzábamos los objetivos nos fuimos dando cuenta que estábamos en condiciones de entrar en la historia de San Martín. Por suerte, lo logramos, para satisfacción del grupo y de esa hinchada inigualable”, señaló.

Entre las mayores tristezas que vivió dentro del campo de juego, “Pichón” no duda en mencionar la frustración vivida en 1986 cuando Atlético Concepción les frustró la posibilidad de participar en la primera edición de la Nacional B de la AFA. “Fue un duro golpe en lo anímico del que nos costó demasiado recuperarnos. Por suerte, dos temporadas después conseguimos el ascenso a Primera. En San Martín viví las mejores alegrías de mi carrera, que se terminó en 1998”, recuerda Juárez, que formó la dupla central “santa” con “Pelusa” Cejas, Luis Alberto Moreno y Walter Villafañe.

Enorme tristeza

A la distancia, Juárez vive con tristeza la actualidad de San Martín. “Lamentablemente está militando en un torneo y le está costando demasiado salir. A través de las redes sociales sigo la campaña del equipo y me duele verlo competir con equipos que no tienen historia. Lo más triste es verlo en el fondo de la tabla. Regularmente tengo la posibilidad de comunicarme con amigos que dejé en Tucumán y me cuentan las penurias que está atravesando el equipo. San Martín tiene que recuperar prontamente el protagonismo que lo caracterizó hasta no hace mucho tiempo, en el interior del país”, comentó.

El ex defensor de San Martín reconoce que “no ser profeta en su tierra”. A pesar de su extensa trayectoria y los conocimientos que pudo recoger en ella, hoy “Pichón” no consigue un club para dirigir. “Cuando regresé a mi provincia, estuve trabajando en algunos clubes que intervienen en la Liga Santiagueña, pero desde hace dos años que no dirijo. En un momento existió la posibilidad de ir a trabajar a San Martín. La chance todavía está latente. Me encantaría regresar al club donde hoy están dos grandes amigos como Jacinto Eusebio Roldán y Ricardo Luis Troitiño”, manifestó.

Por último, Juárez le envió un saludo a la hinchada de San Martín. “La vida me dio la posibilidad de transitar mucho escenario fubolístico. Por eso no dudo al decir que la pasión que ellos me demostraron no tiene comparación. Cada vez que voy a pasear a Tucumán y tengo la posibilidad de cruzarme con alguno de ellos, me demuestran su cariño”, señaló.