Si bien participó en la subcomisión del Consejo Asesor de la Magistratura (CAM) que reglamentó los concursos para cubrir nueve cargos de personal, el ex consejero Eudoro Albo afirmó que se despegó por completo de los dos procesos del área pedagógica a partir de la inscripción de Felipe Cerisola, el concursante que se quedó con el cargo mayor: una prosecretaría. En un mensaje de correo electrónico, el vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Instrucción informó que se excusó por amistad manifiesta con Cerisola y defendió la actuación de la gestión saliente.

“Quiero expresar que las presentaciones (del consejero electo José Adle y de la ex jurado Susana Montaldo), y las publicaciones realizadas (por este diario) plantean datos sesgados de realidad. Sea cual fuere su intencionalidad, más allá del perjuicio moral que pudieran inferirme a mí o a los participantes de los concursos, trasuntan en un daño institucional al Consejo, y un inmerecido trato a todo un cuerpo que trabajó durante dos años con transparencia, vocación de servicio y sacrificio personal”, manifestó Albo, que será sustituido por el camarista Carlos Caramuti. La ex consejera suplente de Albo, Marcela Ruiz, formó parte de la mayoría que concretó tres designaciones a última hora de la última sesión de la composición actual pese a la disidencia de los ex consejeros Antonio Bustamante y Federico Romano Norri, y a un pedido por escrito de Adle para impedir que la nueva gestión sea condicionada por la anterior.

Albo dijo que todos los concursos de personal recibieron idéntica publicidad en la página web del CAM (camtucuman.gob.ar), en alusión a una observación de la ex jurado Montaldo, quien en septiembre llamó la atención sobre el hecho de que sólo había dos concursantes -Cerisola y Amalia Paola Salas- para los dos cargos del área pedagógica y propuso ampliar la convocatoria o hacer una nueva, con más difusión en instituciones del ramo.

Respecto de esos procesos, Albo precisó que por falta de presentación de la documentación exigida o por exclusión resuelta por el CAM debido a la ausencia de requisitos, el número inicial de inscriptos del concurso de prosecretario pasó de 10 a dos. En el supuesto del encargado mayor con perfil pedagógico también quedaron dos de los 16 inscriptos originales. “Por lo que la afirmación de Montaldo y Adle de que en algunos concursos sólo había dos postulantes definitivos y que ello se debió a una deficiente convocatoria o difusión responde a un desconocimiento del proceso, que estuvo todo el tiempo publicitado desde su inicio como en todas sus etapas y decisiones en la página web del CAM siguiendo el sistema previsto en el Poder Judicial”, insistió.

El camarista dijo asimismo que le llamaba la atención que habiendo sido abiertas las pruebas de oposición como las entrevistas tomadas por el CAM no se había verificado la presencia de quienes hoy cuestionan ni de la prensa que concurre a casi todas las sesiones: “(no fueron) para poder valorar (por sí mismo) el desempeño de los concursantes, pero los denostaron por un trámite que les fue impuesto por la reglamentación o por sus vínculos personales”.