Nada más difícil que reconstruir un éxito, en especial cuando la serie -y algunos de sus personajes- terminan siendo objeto de culto. La primera temporada de “Heroes” reviste ese carácter. Lo que vino después fue de mayor a menor, hasta derivar en la lógica cancelación del programa. Pero nadie se acuerda (o no quiere acordarse) del deterioro que sufrió el show; mejor concentrarse en los tiempos dorados del fenómeno: la lucha entre dos bandos de superhéroes. Buenos y malos que no eran otra cosa que personas comunes dotadas de poderes excepcionales. Ese es el desafío que desde esta semana afronta “Heroes reborn”. Porque todo vuelve a empezar, más o menos en donde había quedado allá por el no tan lejano 2010.

La mala nueva es que faltará Zachary Quinto, cuyo Sylar fue uno de los villanos más extraordinarios de la TV en épocas recientes. Tampoco están Hayden Panettiere (Claire Bennet, la porrista a la que había que salvar para salvar el mundo) ni los hermanos Petrelli (Milo Ventimiglia y Adrian Pasdar). Tampoco Ali Larter, y puede que esa sea la peor noticia de todas.

De todos modos, Tim Kring, el padre de la criatura, se anotó varios porotos con los regresos de Hiro Nakamura (Masi Oka), papá Bennet (Jack Coleman) y varios personajes más: El Haitiano (Jimmy Jean-Louis), Matt Parkman (Greg Grunberg), Micah Sanders (Noah Gray-Cabey), Angela (Cristine Rose) y, en especial, Mohinder (Sendhil Ramamurthy).

La expectativa pasa por descubrir a los nuevos superhéroes; para quién juegan y, sobre todo, en qué consisten sus poderes. Que esos personajes de refresco estén a la altura será una de las claves del éxito de “Heroes reborn” y Kring lo sabe. Habrá que seguir de cerca a Chuck (Zachary Levi), el villano que deberá emplearse a fondo para llenar los zapatos de Sylar.

Lo llamativo es que tratándose de un canal de aire el que emite el programa en Estados Unidos (la cadena NBC) sólo conste de 13 capítulos esta primera temporada. Esas son medidas propias del cable. A diferencia de 2006, cuando “Heroes” vio la luz, la oferta de superhéroes en la TV es abrumadora. En ese contexto deberá luchar Kring para recuperar a su público y sumar nuevos espectadores. No la tiene fácil, sobre todo porque las comparaciones estarán a la orden del día. No hay margen para pisar en falso.

El espíritu y la estética de cómic que caracterizaba “Heroes” es un activo que Kring no puede desaprovechar. Volver a las fuentes siempre es una decisión saludable.