Dario Grandinetti asegura que no cree más o menos en Dios después de meterse en la piel del actual Papa en la película “Francisco. El padre Jorge”. “Sigo creyendo en el hombre, porque Jorge Bergoglio es un hombre con una fe tremenda” puesta al servicio de los demás, aseguró ayer el actor argentino en entrevista realizada con la agencia alemana DPA en Madrid, adonde llegó para promocionar el filme que se estrenará en España el viernes.

“No es muy corriente ver que alguien hace lo que dice, no hay muchos casos en la historia de la humanidad de personas que fueron a fondo, que actuaron en función de su pensamiento, eso es sorprendente para mí”, explicó, al destacar la coherencia del pontífice.

La película fue dirigida por Beda Docampo Feijóo y está proyectándose en los cines tucumanos. El guión abarca desde el comienzo de la vocación sacerdotal del pontífice hasta su elección como conductor de la Iglesia Católica, y se detiene en su comportamiento durante el secuestro de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, en la dictadura militar. “Si bien él era su responsable, no me lo imagino a Bergoglio entregándolos, no me imagino que haya sido un entregador de curas o de gente. Sí sé que fue a pedirle al (jefe de la Armada, Emilio) Massera por los jesuitas y aparecieron vivos”, sostuvo el actor.

Grandinetti reconoció que, al principio, le pareció “un disparate” encarnar a Bergoglio, pero que le interesaba hacer de “este Papa”, además del halago que supone ser escogido para un papel de esa envergadura. Aclaró que no le generó ningún temor la falta de parecido físico entre él y su representado: “no es la primera vez que hago uno personaje real, y no me parezco a ninguno; uno cuenta con la complicidad del espectador”.