KAZÁN, Rusia.- Un mal momento que jamás olvidará. Maddison Keeney, de 19 años, competía en la final de salto de trampolín de un metro en el Mundial de Kazán, pero sufrió los nervios de la competencia y terminó protagonizando uno de los peores saltos en la historia de la natación.

Keeney participaba en saltos ornamentales, era cuarta y buscaba subir posiciones para conseguir un lugar en la final. Le tocaba hacer un salto con dificultad 3,2. Nada fácil. Se preparó y allá fue. Falló en el salto y terminó tirándose de cabeza como si estuviera en club de su barrio.