El inicio del ciclo lectivo fue desalentador para la comunidad educativa de la escuela primaria Alejandro Alem, ubicada en Florida al 600, a la que asisten niños con diferentes discapacidades. Los robos y ataques vandálicos dejaron tres aulas sin sus respectivos ventiladores y varias puertas destrozadas, que tuvieron que ser reparadas con retazos de madera para abaratar costos y poder continuar con el dictado de clases.
Alarma insuficiente
La directora de la institución, Josefa Fernández, sabía que debían encontrar la manera de resguardar el establecimiento. Las anteriores autoridades ya habían decidido, hace ocho años, contratar los servicios de una empresa de seguridad privada para colocar un sistema de alarmas en la dirección de la escuela y en otras dos oficinas donde se guardan los materiales didácticos de mayor valor.
“Estoy a cargo desde el año pasado. La decisión de colocar las alarmas se tomó cuando la escuela era asaltada casi todo el tiempo. Ahora es distinto, pero después de lo que pasó en marzo donde tuvimos los robos de los ventiladores, recurrimos a la Policía”, explicó la rectora.
La escuela Alejandro Alem tiene 700 alumnos. Es un establecimiento de educación especial donde estudian niños hipoacúsicos, no videntes o con deficiencias en la visión. Por la noche también funciona un terciario.
La directora dijo que no cuentan con un sereno y que el costo del servicio de alarmas es saldado con los ingresos de la sociedad cooperadora de la escuela.
Consigna las 24 horas
También señaló que cuentan con la vigilancia policial para el horario de ingreso y salida de los estudiantes pero el verdadero avance que tuvieron en cuanto a seguridad fue la incorporación de una consigna policial para resguardar la escuela las 24 horas.
“Fuimos a la Guardia Urbana para plantear el problema que estábamos teniendo. Sabemos que los policías están abocados a la prevención y que para tener esta consigna policial tienen que disponer de tres policías porque acá cumplen turnos por la mañana, la tarde y la noche. Por eso estamos muy agradecidos de que hayan puesto esta vigilancia porque después de eso dejamos de sufrir robos”, remarcó Fernández.
En la sala de maestros
Para darles una mayor comodidad a los policías que se ocupan de la vigilancia, se los autorizó para que puedan utilizar las instalaciones de la sala de maestros donde, de noche, pueden descansar si lo necesitan. Esta solución, por lo que se informó, trajo tranquilidad a la comunidad educativa de Alejandro Alem.