Quienes inician un negocio persiguen la rentabilidad. En cambio, quienes forman una banda de rock para tocar profesionalmente saben, de movida, que el éxito económico será un sueño lejano, pero no imposible. Rockeros tucumanos, que dialogaron con LA GACETA, afirmaron que el primer paso para formar una banda es tener amigos con la misma pasión por la música. Pero afirmaron que el capital humano no es suficiente. Como sucede en cualquier emprendimiento, el sueño de hacer música también presenta adversidades: comprar los instrumentos, perfeccionar la técnica musical, adquirir equipos de sonido y alquilar una sala de ensayo son algunos de los costos que los músicos deben afrontar.

Chechi Bazzano, guitarrista de la banda de blues Tripas Calientes, señaló que en Tucumán no hay un circuito profesional para el rock. “En espacios chicos, como bares, normalmente los grupos deben pagar el sonido y reciben un porcentaje de la recaudación de las entradas. En algunos casos, los propietarios más generosos ofrecen la totalidad de las entradas, luego de deducir los impuestos. Para producir un recital en un club o un salón intermedio, el costo del sonido es aún mayor, y puede rondar entre $ 2.500 y $ 3.000”, precisó. En consecuencia, producir un recital corre siempre por cuenta del grupo. “Con afiches, o por las redes sociales, la banda debe convocar a su público para cubrir los costos. Pero, debido a la situación económica, esta tarea no es nada fácil”, aseguró.

Los músicos coincidieron en que las ganancias que dejan los recitales no son suficientes para vivir. Ni siquiera para comprar o para renovar los equipos. Por esta razón, coincidieron en que es fundamental tener una fuente de ingreso extra que permita destinar recursos para el proyecto. “La pasión es todo en la música, lamentablemente, no puede ser el único trabajo”, recalcó Martín Barrionuevo, bajista de Rebel.

En el mercado local, una guitarra eléctrica básica, con un amplificador, cuesta unos $ 5.700. Pero una profesional, con un equipo de sonido similar, sale unos $ 25.000. Precios parecidos se manejan para comprar un bajo eléctrico. En tanto, una batería de calidad media sale unos $ 12.000, mientras que una profesional puede costar hasta $ 50.000. Los platillos son carísimos: se consiguen desde $ 13.000. Además, para ensayar también hay se paga: las salas locales cobran, en promedio, unos $ 120 las dos horas. Y para grabar también: los estudios tucumanos, de calidad intermedia, cobran unos $ 170 por hora.

Luciana Soria, productora independiente, aseguró que, además, de los gastos para equiparse y para ensayar, las bandas terminan poniendo plata para tocar. “Les resulta caro producir un recital y reunir el público suficiente para cubrir los costos. Esto pasa, en parte, porque el público tucumano no consume la música de bandas locales”, analizó. Pese a todas las adversidades, los rockeros afirmaron que el sueño de tocar nunca se detendrá. Sobre esto, Luca Prodan, el cantante de la mítica banda Sumo, dijo alguna vez: “el rock es una locura y los que hacen rock son locos”. Y es cierto, porque para emprender un sueño hay que perder un poco la compostura.

Consejos

Los rockeros recomendaron que los integrantes de la banda deben ser amigos apasionados por la música.

Sugirieron que, antes de comprar un instrumentos, hay que investigar. Esto ayudará a no pagar precios tan altos.

Hay que dedicarle tiempo a la práctica del instrumento. En internet hay videos gratuitos para iniciarse.

Las primeras grabaciones sirven para mostrar lo que hace la banda. Subir el trabajo a la web es otra herramienta.

Para comenzar a tocar en el circuito local, es necesario relacionarse con las bandas más experimentadas.

No obstante, para que la banda se conozca debe hacer buena música y estar comprometida con el proyecto.

Según los rockeros, el esfuerzo, la buena música, y la insistencia hacen que la banda sea reconocida.

Sin embargo, recomendaron que lo ideal, para empezar, es que la música no sea la primera profesión. 

Si la banda quiere dedicarse en serio, hay que trazar los objetivos y comprometerse para conseguirlos.

Grabar

Cómo armar un estudio casero

Cuando una banda tiene cierta experiencia, y quiere mostrar su música, busca el modo de grabar canciones. Para bajar costos, la tendencia es armar estudios caseros. Las salas profesionales cobran unos $ 170 por cada hora de grabación. Los músicos pueden montar sus propios estudios con una computadora personal, más una placa de audio que, en el mercado se consigue desde $ 2.500 y hasta $ 12.000. Un equipo de micrófonos de buena calidad cuesta unos $ 10.000.

Costo fijo

El alquiler de una sala de ensayo

Las bandas de rock, incluso las más jóvenes, se esfuerzan por ensayar en salas preparadas, donde puedan conectar sus equipos para conseguir un  sonido óptimo. Los rockeros contaron que, en promedio, los grupos ensayan una o dos veces por semana, y que los propietarios de las salas les cobran, en promedio, unos $ 120 para practicar durante dos horas. “Una de las ventajas de alquilar una sala es que no hay que llevar y traer todos los equipos y los instrumentos. Las salas ofrecen micrófonos, amplificadores y hasta baterías”, comentó el músico Sergio Álvarez.

Internet

Escuchar música y aprender a tocar

Para los músicos, internet es un espacio que abre diversas oportunidades. La web les sirve no sólo para comprar instrumentos más baratos, sino también para descargar música y hasta para aprender a tocar. “Las bandas jóvenes que surgen en Tucumán conocen mucho de instrumentos y de equipos. Internet les facilitó esa información”, señaló Álvarez. La web ofrece novedades musicales y ayuda a mejorar la técnica para tocar, mediante tutoriales gratuitos. Además, internet abre un espacio de emprendimiento para que los músicos ofrezcan sus clínicas de instrumentos.

El público

Poco interés por el rock local 

Luciana Soria afirmó que Tucumán tiene una oferta artística amplia, vinculada al rock. “Los fines de semana siempre hay recitales, pero el público no valora a los músicos locales. Es una pena porque hay propuestas de gran nivel”, opinó. Chechi Bazzano consideró que en Tucumán los músicos de otros estilos, como el folklore, cuentan con una tradición que los respalda, “por la historia que dejaron artistas como Mercedes Sosa, los Tucu-Tucu y los hermanos Núñez, entre otros”. “Los músicos tucumanos de rock no cuentan con este respaldo”, apuntó.

Asociativos

Crearon sellos para editar discos

Los músicos del punk tucumano armaron una movida solidaria para impulsar este género del rock. Sergio Álvarez contó que en la provincia funcionan tres sellos que editan discos de bandas punk. “Lo armamos con un amigo. No ganamos plata. Lo que buscamos es ayudar a bandas amigas a editar sus discos”, relató. Los sellos registran el material discográfico en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic), y luego inician los trámites en las fábricas de discos. Según Álvarez, el mínimo que exigen las empresas para editar es de 500 unidades.